El cuerpo de Virginia estaba envuelto en una bolsa negra entre unos juncos del Guadalquivir. Estaba muy cerca de su casa. La mujer se encontraba desaparecida desde el 25 de abril .La desaparición de Virginia la denunció su hermana en mayo .Su foto no se divulgó como la de otras desaparecidas. La policía ya sospechaba de su pareja, que finalmente ha sido detenida. Le estuvieron vigilando y recabando pruebas que argumentaran que estábamos ante un nuevo caso de violencia de género. Alfredo tenían antecedentes por violencia de género con otra mujer y había estado en prisión por maltratar a Virginia, pero habían vuelto a vivir juntos.
La víctima y su asesino confeso vivían juntos en un piso de la Macarena, a pesar de que ella había denunciado a su agresor años atrás, éste había sido condenado y ella estaba incluida en el sistema de protección de mujeres víctimas de la violencia de género (Viogen) con una segunda denuncia contra otra pareja.
Alfredo y Virginia, ambos de unos 50 años y de nacionalidad boliviana, compartían una vivienda ubicada en una planta baja de la calle Ágata, en el barrio conocido como de las Avenidas, muy cerca del Hospital Virgen Macarena.
El asesino y la víctima habían sido pareja durante muchos años, si bien durante mucho tiempo fue una relación tormentosa en la que hubo separaciones y reconciliaciones. En una ocasión, hace unos años, ella lo denunció por malos tratos y él cuenta con antecedentes por tal delito.
La mujer fue incluida en el sistema de protección de las víctimas, según confirmó este miércoles el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, que no llegó a precisar en qué consistía la protección que se le brindó. "No tenemos un sistema que al cien por cien evite estos casos, el miedo lleva a que no tengamos toda la información para hacer el seguimiento", dijo el delegado del Gobierno en Andalucía, que hizo un llamamiento a la concienciación social, especialmente, entre los más jóvenes, para que "no toleren" la violencia contra las mujeres.
No ha especificado si se infravaloró el riesgo y no se le aplicaron medidas de protección, o si tenía alejamiento y no se renovó y la pareja volvió a convivir.
Los vecinos aseguran que Alfredo tenía un problema con el alcohol y solía emborracharse frecuentemente. Ambos estaban de alquiler. "Hoy me he enterado de estos problemas de Alfredo. Nunca nadie me lo comunicó y hoy, hablando con los vecinos, me han llegado estas quejas. Al parecer le pidieron mi teléfono pero él no lo daba. Yo no sabía nada, habría rescindido el contrato inmediatamente en el caso de haberlo sabido. Como inquilino, él me pagaba religiosamente y nunca me dio problemas", apuntaba la mujer en El Diario de Sevilla, que compró el piso hace dos años y mantuvo a Alfredo y a Virginia, que eran inquilinos del anterior dueño.