Desangraba a perros y gatos hasta la muerte para vender la sangre a clínicas veterinarias
El hombre presuntamente extraía sangre de perros y gatos con prácticas "dolorosas y crueles", hasta causarles la muerte, para venderla
Vendía la sangre de los perros a 80 euros por 400 mililitros y 85 euros por 40 mililitros de los gatos
El hombre no disponía del título oficial de licenciado o de grado en Veterinaria
La Fiscalía del área de Móstoles-Fuenlabrada (Madrid) ha presentado una querella contra un empresario que presuntamente extraía sangre de perros y gatos con prácticas "dolorosas y crueles", hasta causarles la muerte, para venderla después a clínicas veterinarias.
Según ha informado la Fiscalía Provincial de Madrid en un comunicado, se investiga si los hechos pueden ser constitutivos de un delito continuado relativo a la protección de animales domésticos y otro de intrusismo profesional.
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El querellado contaba con unas instalaciones en el municipio madrileño de Humanes donde tenía a los animales, fundamentalmente gatos y perros.
Ahí extraía a los animales gran parte o todo su volumen sanguíneo, "sin lograr reponerlo adecuadamente y hasta causarles la muerte con una punción perforante hacia la región del corazón".
Los cadáveres eran posteriormente incinerados en un crematorio de Yuncos (Toledo), donde, entre los meses de abril y mayo de 2022, la Fiscalía ha contabilizado 60 cuerpos cuya muerte se debe a la extracción de sangre: 27 perros, 29 gatos, tres conejos y un hurón.
Vendía la sangre de los perros a 80 euros por 400 mililitros
El propósito de estas prácticas, relata el Ministerio Público, era vender la sangre a clínicas veterinarias de la Comunidad de Madrid, a un precio de 80 euros por 400 mililitros en el caso de los perros; y 85 euros por 40 mililitros si se trataba de sangre de gato.
Como la demanda fue en aumento, destaca la Fiscalía, llegó a ofrecer sus servicios de hemoterapia a toda España y a otros países europeos como Italia, Bélgica, Francia y Portugal.
En la querella, el ministerio público destaca que las prácticas que usaba causaban "un sufrimiento innecesario" en los animales y suponían aplicar la eutanasia “sin ningún motivo enmarcado en la legislación vigente", una práctica reservada a los veterinarios profesionales.
Durante la investigación, se confirmó que el querellado, L.M.V.F., figuraba como administrador único de la mercantil Centro de Transfusiones Veterinario S.L. y como presidente de la Asociación de Hematología y Homeopatía Animal, encargada de la certificación de los laboratorios de hematología y de los bancos de sangre de los asociados.
Sin embargo, no disponía del título oficial de licenciado o de grado en Veterinaria.
El centro fue inaugurado en 2006 con el objeto de producir concentrados de hematíes y plasma que hasta entonces solo se podía hacer en el Banco de Sangre, aunque limitado a hacerlo bajo la tutela de la Comunidad de Madrid.
El empresario también promocionaba el centro en una página web y se presentaban como un referente en la comercialización de sangre animal, aunque no consta registro, ni autorizaciones, ni licencias a nombre dicha mercantil, por lo que durante años desempeñó su actividad “en la más absoluta clandestinidad”