La primera víctima que sobrevivió al 'modus operandi' con el que Jorge Ignacio P.J mató presuntamente a Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas no ha podido contener las lágrimas al recordar las secuelas que le ha dejado en su día a día la brutal agresión que sufrió después de relatar que el acusado la drogase para quitarle la vida. "No puedo tener novio, marido ni nadie a mi lado porque cogí miedo a los hombres", ha relatado antes de confesar que ha tratado de quitarse la vida para "borrar esto de mi mente". En ese momento, el interrogatorio se ha detenido.
La víctima, una de las ocho que sobrevivieron desde verano de 2018 hasta el 7 de noviembre de 2019 a Jorge Ignacio P.J, ha declarado en la segunda sesión del juicio en la Audiencia Provincial de Valencia, que arrancó el lunes 13 de junio, acompañada de una de las trabajadoras sociales de la oficina de atención a víctimas del delito.
La mujer, que cuando ocurrieron los hechos -- el 29 de junio de 2018-- llevaba uno o dos años ejerciendo la prostitución, ha indicado al inicio de la sesión que el acusado era un cliente que llevaba con sido una gran cantidad de droga: “cuatro rayas en un azulejo negro”.
“Me dijo, "dale", y le dije que no. Cuando me quité la ropa, ya faltaba una raya, pero era muy raro que se la hubiera hecho ya. Me ofreció un masaje. En todo momento permanecía que tenía la mano cerrada, empuñada. Me hizo un masaje, yo estaba boca abajo. Empecé a sentir mucho calor y el corazón me iba muy rápido”, ha explicado, recordando que al principio no dijo nada para no ahuyentarle.
“Me dijo que me hiciera la raya, pero yo le dije que no, porque estaba cada vez peor. Entonces me fui al baño, porque me ardía acá. Cuando me metí los dedos, empezaron a salir rocas de coca como el grandor de un garbanzo”, ha dicho, añadiendo que llegó a replicarle por qué le había introducido droga en las partes íntimas.
Él no se drogó, "sabía lo que estaba haciendo" y no paraba de pedirle el móvil, ha declarado la mujer, que cuando se dio cuenta de lo que ocurría mintió a Jorge Ignacio P.J. para salir de la habitación y pedir ayuda a su 'mami'. "Estaba convencida de que me quería matar", ha dicho. Sin embargo, la mujer no la creyó y ella volvió junto al agresor, al que amenazó con un cuchillo.
Entonces, él "cogió con toda la tranquilidad y le cogió la cabeza y me dijo, 'ay pobrecita está usted loca'". "Me lanzó una bayeta a la cara. No le deje salir y llame a la policía", ha descrito. Jorge Ignacio P.J se fue y le dio un beso en la frente, diciendo "ay, pobrecita, como le gusta la droga".
"Me estoy muriendo, me han drogado", dijo la víctima que tras librarse del agresor acudió al médico. "Notaba un escozor en mis partes como si me hubieran echado alcohol o vinagre o algo así", ha relatado.
“Cuando me hacía el masaje, no me tocó las partes íntimas, fue cuando el 69 del primer momento, pero no me di cuenta”, ha dicho sobre el momento en el que le introdujo la droga, “una exageración”.
“En la ducha, solo me salían por la vagina, pero la médica me dijo que también había en el ano. Yo nunca dejo que me toquen esa parte porque no me gusta. En la vagina, ni me tocó, ni palpó, hizo lo que tenia previsto, metió y sacó rápido los dedos. No había deseo”, ha añadido.
Tras la agresión, la mujer ha confesado que trató de “localizarlo por lo que me hizo, porque tenía sus dos números”, pero no denunció hasta que le vio en la televisión, acusado de la muerte de Marta Calvo, a quien el mismo ha confesado haber descuartizado. Entonces, la víctima reunió fuerzas porque estaba convencida de que iba a seguir matando.
El acusado se enfrenta a una pena, tal y como reclama Fiscalía, de 130 años de prisión por 11 delitos de abuso sexual --tres de ellos como medio necesario para un delito de homicidio y siete para un delito de lesiones--; y un delito contra la salud pública. Además, la Fiscalía considera que concurre en el acusado la circunstancia agravante de género para los delitos de abuso sexual y los tres homicidios. Junto a la pena de prisión, reclama cuantiosas indemnizaciones para las víctimas o familiares.
Por su parte, los padres de Marta Calvo, quienes ejercen en el procedimiento como acusación particular, piden para el acusado la prisión permanente revisable. Las otras víctimas personadas en la causa también reclaman esta pena.
En la sesión del martes declaran también guardias civiles, dos de ellos del grupo de Homicidios de Valencia y otros dos de Homicidios de la UCO, y dos psiquiatras forenses.