El incendio en Sierra Bermeja, Málaga, avanza y la situación se ha complicado, y mucho, debido a las adversas condiciones meteorológicas. De manera preventiva, la Guardia Civil ha decidido desalojar a 3.000 vecinos del municipio de Benahavís, una vez que el viento desvió la densa columna de humo hacia sus viviendas.
Los agentes pidieron a los vecinos, casa por casa, que abandonasen sus domicilios lo antes posible. Y es que el viento y el calor han avivado las llamas, por lo que el peligro es cada más cercano.
Casi con lo puesto y con mucha pena, se dirigen hacia el municipio vecino. Uno de los miembros de Cruz Roja asegura que "la mayoría no quieren irse". "He cogido ropa y comida", afirma un vecino que lleva a su pequeño perro en brazos.
En breves minutos se forma un atasco. Muchas de las 3.000 personas que son sacadas del pueblo han pasado la noche en una carpa municipal habilitada en la cercana localidad de San Pedro Alcántara.
"A la fuerza me he venido porque me han tenido que sacar de mi casa", explica una señora antes de pasar una noche en vela llena de miedo.
"Todos los años igual. Da rabia", señala uno de los vecinos desalojados, mientras que otro, desde su coche, lamenta la situación a la que se han visto obligados porque "el fuego se veía lejos al principio".
Un total de 600 efectivos trabajan sin luz en extinguir las llamas. Varios drones térmicos les guían por los frentes del incendio, siendo sus ojos en medio de la oscuridad. Tres bomberos están heridos, uno de ellos grave, con el 25 por ciento del cuerpo quemado. A medianoche se sumaban 162 miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Con la luz del día, sólo un avión sobrevuela para reconocer la zona que está arrasando el fuego. Y es que hace tanto calor que los medios aéreos no pueden salir a primera hora.