El peligroso rastro de los pesticidas: hasta 15 tóxicos en nuestra ensalada

  • Ecologistas europeos denuncian que ha aumentado hasta un 58 % la presencia de pesticidas en frutas y verduras

  • Los agricultores defienden la seguridad para la salud de las frutas y verduras europeas

  • El uso excesivo o irregular de pesticidas puede graves provocar problemas de salud

¿Es seguro dar fruta fresca a nuestros hijos? ¿y verduras? Los ecologistas europeos de Pesticides Action Network creen que no, que los productos frescos que producimos o importamos están llenos de restos de pesticidas y otros productos químicos; concretamente un 58 % más en los últimos nueve años (2011-2019). Frente a ellos, los agricultores defienden que son muy seguros por las políticas agrarias y de uso de fitosanitarios en el continente. Y qué dicen los expertos: pues nada bueno; acusan a la UE de medir el riesgo de forma aislada sin tener en cuenta que en una ensalada pueden coincidir al mismo tiempo más de 15 sustancias tóxicas procedentes del campo.

El informe, presentado por la red Pesticides Action Network (Red de Acción sobre Pesticidas, PAN Europe), alerta de que casi una de cada tres muestras de fruta (29 %) tenía residuos de plaguicidas en 2019, último año analizado.

¿Cuáles son las frutas y verduras más contaminadas?, según el informe

En este periodo de nueve años de 2009 a 2019, las frutas más contaminadas fueron las moras (51 % de las muestras), los melocotones (45 %), las fresas (38 %), las cerezas (35 %) y los albaricoques (35 %), según dicho informe. En particular, esos plaguicidas presentes en la mitad de las muestras de cerezas, un 152 % más en comparación con 2011.

Además, un tercio (34 %) de todas las manzanas se encontraban contaminadas, lo que supone un aumento del 117 %, mientras que alrededor de la mitad de las peras y la mitad de los melocotones presentabas trazas de pesticidas tóxicos, con un aumento del 103 % y el 52 % respectivamente, según el informe.

Por otra parte, el estudio revela que la contaminación por esa categoría de plaguicidas en las hortalizas es del 13 %, menor que en la fruta porque esos cultivos son menos propensos a los insectos y las enfermedades.

No obstante, la presencia de pesticidas en hortalizas ha registrado un aumento del 19 % con respecto a 2011.

Las hortalizas más contaminadas son el apio, con la mitad (54 %) de las muestras contaminadas, seguido del nabo con un 45 % y en tercer lugar la col rizada (31 %).

Los países donde se detectaron más muestras contaminadas fueron Bélgica (34 % de muestras), Irlanda (26 %), Francia (22 %), Italia (21 %) y Alemania (20 %).

Aunque España no aparece destacada en el informe, es uno de los países de la UE que menos muestras de alimentos analiza para detectar la presencia de residuos de pesticidas, según denuncian a EFE desde Ecologistas en Acción.

Los agricultores defienden la calidad de los productos producidos en Europa por las políticas restrictivas de fitosanitarios

José Ugarrio, técnico de frutas y hortalizas de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), pone en duda el informe de PAN Europe, “porque no se adapta a la realidad que existe. Habría que ver la fuente de donde están sacados los datos ya que, ahora mismo, el sistema europeo de productos fitosanitarios es el modelo más seguro del mundo”.

Según Ugarrio “la UE importa mucha fruta y hortalizas de terceros países por lo que pongo en tela de juicio que el estudio se haya hecho con fruta solo producida aquí, sino que también habrá incluido otras procedentes de la importación extracomunitaria”.

Y recuerda que desde su asociación, mayoritaria en el sector, ”lo que hemos visto es que estos terceros países producen con productos que aquí están tajantemente prohibidos y que muchas veces nos estamos encontrando es los nuestros mercados”.

Este es uno de los principales caballos de batalla de los agricultores españoles. Al pie de su tractor, Francisco Rodríguez se lamenta del daño que “la globalización y el sistema de mercado” ha ocasionado al campo. Como productor entiende que los consumidores prefieran los productos más baratos, pero alerta de lo que considera que es competencia desleal, “me refiero a productos de esos terceros países en los que las autoridades locales no tienen los mismos controles que en la UE sobre pesticidas, fertilizantes o productos fitosanitarios. Esos productos más baratos compiten con los nuestros que está sujetos a normas más estrictas”.

Para el técnico de Asaja, el malestar entre los representantes de los principales productores agrícolas del sur de Europa es común. En las reuniones entre todos los actores implicados en la agricultura, desde la Administración a los productores, se insiste en que “las importaciones de productos de terceros países han de cumplir las mismas normativas medioambientales fitosanitaria que son respetuosas con el medio ambiente y con la salud de los consumidores comunitarios”.

La legislación internacional es más suave que la de la UE en materia de pesticidas

Pero entonces, ¿por qué pueden llegar hasta nuestra mesa frutas y verduras con restos de pesticidas no autorizados en la UE?. Según José Ugarrio, de Asaja, los agricultores europeos no están en contra de las importaciones de productos agrícolas procedentes de terceros países, pero sí reclaman “cláusulas espejo” que igualen los requisitos que han de cumplir los productos de ambos orígenes.

Según Ugarrio, los productos agroalimentarios procedente de terceros países solo está obligados a cumplir el conocido como “codex alimentario internacional”, una regulación que “es mucho más laxa en materia de uso de pesticidas y productos fitosanitarios que la exigida a los agricultores comunitarios”.

Esta diferencia es la que ha llevado a los agricultores comunitarios a preguntarse y denunciar “por qué se permiten estas importaciones” y una de las conclusiones del comité mixto es la exigencia de esas cláusulas espejo que obligaría a que los productores de terceros países estuviesen sujetos a las mismas reglas de juego que los agricultores comunitarios.

También reclaman mayores controles en los puntos de venta directa, así como una mayor información a los consumidores sobre la procedencia de los productos para que quede claro si es un alimento comunitario o extracomunitario.

Desde Pesticides Action Network, responsables de este informe, Salomé Roynel reconoce que los consumidores europeos se encuentran en una situación complicada: por un lado, se les anima a comer fruta fresca y por otro se les ofrecen productos contaminados con los residuos de pesticidas más tóxicos, con el consiguiente impacto que su consumo puede tener para la salud. "Instamos a las personas a comprar fruta orgánica (...) porque los riesgos son muy reducidos o nulos", indicó la experta, que recordó que lavar bien la fruta también ayuda a eliminar la contaminación.

Peligros para la salud derivados de los pesticidas

Pero la lucha fuera del sector va más allá. El informe de los ecologistas solo es una fotografía del momento. La comunidad científica alerta contra los graves efectos en la salud derivados del uso de pesticidas: alteraciones hormonales, aumentos de tumores, afectaciones del desarrollo fetal, problemas neuronales como el párkinson o mentales como la depresión.

Para Carlos de Prada, director de la organización ‘Hogar sin tóxicos’ y premio Global 500 de Naciones Unidas, los pesticidas que más le preocupan “son aquellos que pueden tener efectos de alteración hormonal, también conocidos como sustancias disruptoras endocrinas”.

Se refiere De Prada a sustancias como el Bisfenol A o a los ftalatos presentes en los plásticos, “porque los informes de 2012 la Organización Mundial de la Salud o los publicados por la Endocrine Society alertan del riesgo de todas estas sustancias, y una cosa que dicen es que pueden causar efectos a muy bajas concentraciones, con frecuencia, por debajo de los límites legales que se tienen como seguros”.

De Prada recuerda que “hace unos años, la lista de sustancias no solo pesticidas, identificadas como disruptores endocrinos eran unas 200 y han ido creciendo hasta ser ahora mismo unas 1.400. Es decir que a medida que avanza la investigación científica se identifican más sustancias peligrosas”.

La pugna entre los científicos, los grupos de presión empresariales y los controles de las administraciones es otra de las críticas de De Prada. Según este experto divulgador científico, “la evaluación del riesgo que oficialmente se realiza sobre las sustancias tóxicas se hace sobre sustancias aisladas, es decir, miden el riesgo basándose en la premisa de que nos expusiéramos en un momento de nuestra vida solo un pesticida, pero la realidad es otra bien distinta y es que en una sola fresa puede haber simultáneamente múltiples productos y en realidad no vas a comerte una sola fresa, sino que en una comida también comerás una ensalada en la que el maíz tendrá sus propios residuos, porque que en Europa se comercializan hasta 500 principios activos pesticidas diferentes, por lo que en la lechuga tendrás residuos de una serie de pesticidas, en el maíz, otros y en la fruta exactamente igual".

Qué quiere decir esto: "que nos exponemos a una combinación al mismo tiempo de sustancias que aisladamente, según las autoridades no parecen ser dañinas, pero que la ciencia nos dice en multitud de investigaciones que se han realizado qué sustancia que aisladamente parece no producir un efecto cuando están juntas pueden tenerlo infinitamente superior por lo que no se está evaluando correctamente el riesgo”.

Tampoco se muestra muy conforme con que los controles comunitarios en este sentido sean suficiente, “hay que pensar que el que la UE tenga la mejor regulación del planeta no significa que sea buena. Porque te puede comparar con cualquier país, pero con ser la mejor del mundo tampoco es que sea tan estricta. En UE están autorizados pesticidas que no deberían de estar autorizados como es el glifosato”.

Se trata de políticas que De Prada considera “hipócritas” ya que “aquí se prohíben una serie de sustancias para que no se usen en la agricultura, pero sin embargo, las empresas muchas de ellas asentadas en UE que fabrican estos pesticidas se permite que los exporten a países en vías de desarrollo y luego eso nos puede volver en efecto boomerang a través de las exportaciones”.

Francisco Laynez, médico internista en el Hospital Torrecárdenas de Almería, señala las principales consecuencias para la salud humana por el uso de pesticidas y que suelen causar “síntomas digestivos, problemas pulmonares y de tipo neurológico de afectación de las extremidades piernas, sin olvidar las alteraciones de los sistemas endocrino y hormonal, además de depresión y otras alteraciones”.

Laynez cree que, desde el punto de vista de los consumidores, “no hay problemas si se han hecho las cosas bien”, pero apunta también el peligro de las compras en puntos no autorizados” y pide más controles “básicamente de las autoridades comunitarias y europeas que son los que tienen que intensificarlos”, porquea veces nos dan la impresión de que no son tan estrictos como los que se aplican a los productos españoles”.