Silvia, una joven de 34 años, se debate entre la vida y la muerte tras una operación estética en una clínica privada de Madrid. Su familia denuncia que los médicos que la operaron hace un mes no supieron detectar una infección que ahora le afecta a varios órganos vitales y al parecer, no es el primer caso de negligencia que ocurre en esa clínica. Tras la denuncia de Silvia, numerosas mujeres también han hecho públicas las malas experiencias que vivieron en ese centro estético.
Las afectadas son tantas que se ha creado un perfil de Instagram donde recogen los cientos de testimonios de mujeres con malas experiencias en la clínica. Una de ellas se sometió a un aumento de pecho cuyo resultado fue nefasto, con un pecho más caído que el otro. Tras una segunda intervención, el pecho sigue estando igual y el especialista asegura que si la mujer quiere su pecho a la altura adecuada debe pagar otra operación para que se lo realice.
Como ella, decenas de mujeres han publicado ya sus testimonios acompañados de fotos para denunciar las negligencias sufridas: "Mi experiencia ha sido nefasta", explica otra. "Me hicieron un aumento de pecho cuando era maxtopexia, además de caérseme el pecho por completo, se me han roto las prótesis y ahora me toca volver a operarme por su culpa. Psicológicamente estoy hundida y ahora tengo que volver a entrar a quirófano para arreglar este estropicio, denuncia. "Se me ha caído el pecho y lo tengo totalmente deformado, confíe en esa clínica. Las caras conocidas y los precios me engañaron", concluye.
Otra de las afectadas asegura que desde el principio le pareció que el fin de la clínica era solo "coger el dinero rápido", aunque pensó que era algo normal en este tipo de centros. Sin embargo, tras su operación de pecho se le quedó la "aerola necrosada y un agujero en uno de los puntos estuvo sangrando durante medio año". La mujer denuncia que la única respuesta de la clínica fue decir que era algo normal. Como resultado, tiene un "pezón deforme sin pigmentación alguna y una cicatriz queloide inmensa".
Silvia quería hacerse una reducción de mamas, pero salió de la clínica privada con una propuesta para realizarse todo tipo de retoques. Lo que ella no sabía es que su cambio estético iba a terminar en tragedia. Al día siguiente de la operación empezó a tener síntomas: fiebre y muchos dolores. Desde la clínica la mandaban mensajes de tranquilidad, asegurando que era normal.
No fue hasta la tercera vez que acudió de urgencias a la clínica cuando vieron la gravedad del asunto. Tuvieron que llamar al Samur, que de inmediato trasladó a Silvia al Hospital madrileño de La Paz. Cuando llegó estaba prácticamente muerta, según asegura su familia.
Ahora, la joven sigue ingresada en estado muy grave en la UCI tras sufrir una infección que le ha afectado a varios órganos.