En mayo, seis mujeres han muerto asesinadas por sus parejas o exparejas. En 2022 ya son 18 las víctimas mortales de esta lacra y, en solo una semana, cuatro. Este repunte de la violencia de género preocupa tanto al Gobierno que Igualdad ha convocado a las comunidades la próxima semana para analizar las causas. Informativos Telecinco ha hablado con mujeres maltratadas, que viven este aumento de los crímenes con una mezcla de pánico y rabia.
Las cifras atormentan a Mónica, que soportó una década de malos tratos. “A mí se me cae el alma a los pies viendo que otras mujeres están todavía en esta situación”, expresa. “Empecé muy jovencita con él, pues eso maltrato psíquico, físico”, cuenta sobre una situación que cambió cuando la salvaron en un centro de acogida de Madrid.
Con cada crimen, las 22 mujeres acogidas en ese centro con sus hijos, tiemblan. “Mi pensamiento puede ser ‘podía haber sido yo la mujer que está muerta o la mujer que ha dejado a sus hijos huérfanos’”, señala Eneida Mercado, educadora del centro.
A este repunte de casos, suman otro motivo de angustia. Su casa de acogida, la primera que abrió en Madrid hace 31 años, corre riesgo de cerrar por falta de fondos. Si no llega ninguna ayuda, “nos vemos abocados al cierre”, lamenta Olga Pérez, abogada del centro.
Cada año recibían más de 650 000 euros en subvenciones, pero esta vez ha llegado menos de la mitad. El origen del problema es una sentencia de hace seis años. El Tribunal Constitucional determinó que el 0,7 del IRPF, el que se destina a fines sociales, se repartiera entre el Estado y las comunidades y así ambas podrían conceder ayudas, pero para este centro ha supuesto todo lo contrario.
“Estas mujeres ahora mismo no tienen donde ir”, indica Rocío Torrus, educadora del centro ya que el recorte amenaza con cerrar una casa que ha ayudado a más de 1500 víctimas de malos tratos.