Luis Lorenzo y su mujer, Arancha Palomino, reconocen que su tía, que murió envenenada, hizo “algún cambio” en el testamento antes de fallecer. Sin embargo, aún “no se ha tocado la herencia”.
Así lo ha señalado el abogado de la pareja, Francisco Pérez Platas, al diario El Comercio, quien cree que el secreto de sumario del caso no tardará en levantarse. Ambos se encuentran en libertad con cargos, aunque tienen que comparecer cada semana en el juzgado, además de haber sido retirado su pasaporte de forma provisional por el riesgo de fuga.
Están investigados por la presunta comisión de un delito de homicidio, el suceso se produjo en junio de 2021, cuando María Isabel falleció en el domicilio del matrimonio en Rivas Vaciamadrid, pero la raíz del caso inicia antes.
Hace más de un año los dos acusados, Luis Lorenzo y su mujer Arancha, se llevaron a María Isabel desde Grado, Asturias. Su casa se quedó con la calefacción puesta. No la cerró. Nadie sabía que se marchaba a Madrid. Sus hermanos y sobrinos intentaron hablar con ella, pero ya nunca lo lograron. Les extrañó que se fueran con Arancha y Luis porque el año anterior había ido una semana y les dijo que no quería volver porque no la trataban bien.
Entonces, recurrieron a la Policía, la Guardia Civil, los servicios sociales y hasta el defensor del anciano, pero nadie hizo nada. Les decían que no podían hacer nada porque era una mujer mayor de edad y perfectamente cuerda. Ellos intentaban hablar con ella y los dos acusados siempre ponían excusas. No era normal la incomunicación y tal fue el caso que la familia de María Isabel llegó a poner una denuncia por secuestro.
Por eso, en estas circunstancias, cuando se produjo el fallecimiento de la mujer no creyeron en la versión que señalaba a una supuesta muerte natural por demencia, siendo enterrada en sus Asturias natal.
El hermano de la víctima dudó de la versión y pidió una autopsia, que finalmente fue concedida por el juez. Los forenses encontraron en el cuerpo de la mujer la presencia de dos metales pesados en dosis elevadísimas que habían provocado la muerte. La autopsia era clara: murió envenenada y la etiología de su fallecimiento es 'violenta/homicida'.
María Isabel dejó Asturias con 85 kilos. Un año después, muerta, pesaba 50. La familia no pudo evitar su muerte, y se enteraron por su esquela. El día del entierro tenían que declarar y le pidieron al juez que autorizara la citada autopsia, que resultó reveladora.
El actor y su pareja, según la Guardia Civil, dispusieron de enormes cantidades de dinero sin justificar. Poco antes de su muerte, María Isabel cambió el testamento.