Los violadores grupales son hasta 10 años más jóvenes que los agresores individuales
Los expertos apuntan a que detrás de las violaciones grupales pueden estar el fácil acceso a la pornografía y la falta de educación sexual
“Como sociedad es difícil asumir que existen estos casos y es más fácil criminalizar a la víctima”, dicen los expertos
Familiares y amigos recibieron entre vítores y aplausos a los cinco menores acusados de violar presuntamente a dos niñas de 12 años en Burjassot
La violación grupal a una menor en Burjassot, Valencia con cinco detenidos, la agresión y violación grupal a una mujer en Málaga con tres detenidos, la presunta agresión sexual a una joven de 22 años en Granada que está investigando la Policía Nacional o la presunta violación a una mujer de 30 años en Almería que investiga la Guardia Civil. Todas estas agresiones sexuales en grupo han ocurrido en las últimas semanas ¿Qué está pasando? No parece un hecho aislado. Según datos del Ministerio del Interior las agresiones en grupo han crecido en los últimos años. En 2018 hubo 1.700 agresiones con penetración y en 2019, 1.873. En 2020, fueron 1.596 agresiones con penetración teniendo en cuenta que fue el año de la pandemia.
Según datos de la Fundación ANAR, este tipo de agresión sexual ha pasado de un 2,1% a un 10.5% en la última década. Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda ANAR, apunta que según un estudio elaborado por esta Fundación de un total de 6.183 casos de abusos sexuales se ha detectado una tendencia al alza de los casos de abusos sexuales en grupo. Un 10% de las agresiones sexuales a niñas se realizan en grupo.
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Acceso a la pornografía y falta de educación sexual
“La banalización de las relaciones sexuales, la falta de control parental en la tecnología y el acceso a contenidos pornográfico puede ser el caldo de cultivo de este aumento en las agresiones sexuales en grupo”, explican desde la Fundación ANAR. Visualizan contenido no adecuado para su edad y no están preparados mentalmente para verlos. Su cerebro no está completamente desarrollado y se distorsiona la realidad. “Normalizan las conductas sexuales de riesgo. Normalizan el sexo practicado en grupo mezclado con sustancias donde la mujer pierde completamente el control. Ante esta exposición reiterada terminan reproduciéndolas como algo normal sin ver las consecuencias que esto tiene”, asegura Díaz.
Meritxell Pérez Ramírez, doctora en Psicología y profesora de la Universidad Pontificia Comillas, añade que además “son jóvenes y buscan experiencias que les exciten, que supongan riesgo. Embaucar a la víctima les genera placer. Buscan también la aceptación del grupo y se sienten más fuertes”.
El consumo de porno a edades tempranas provoca adicción y genera tolerancia, como cualquier adicción. Según el ranking de la Plataforma Ayuda al Menor, la pornografía se encuentra entre las mayores adicciones de los menores españoles, junto a las apuestas y los videojuegos. La adicción a la pornografía genera cambios en las conductas sexuales, aumentando la violencia, exigencia, cosificación de las mujeres y despersonalización.
Pérez Ramírez, insiste en que son muchas las causas para saber por qué ocurren estas violaciones en grupo de menores, y apunta a la “existencia de valores sexistas en muchos jóvenes, que tienen una visión muy distorsionada de las relaciones sexuales y del rol de las mujeres en estas". Según los estudios que maneja, se ha visto que "los violadores grupales con una media de edad que ronda los 25 años son entre 5 y 10 años más jóvenes que los agresores sexuales individuales".
Criminalización de la mujer
Pero, por ejemplo, en el caso de la agresión de Burjassot se ha visto a los cinco detenidos saliendo de los juzgados entre aplausos de familiares y amigos ¿Qué está pasando?
“Lo primero, es muy difícil asumir que tu hijo o tu hermano es un violador. Es más fácil decir que “ella quería, se lo ha buscado, esto es una caza de brujas contra mi hijo”. Esta es la posición de muchas familias y se tiende a criminalizar a la víctima.
“Muchas veces parece que la violencia machista no la hemos inventado las mujeres y que es un tema ideológico y no es así. Se pone el peso de la culpa en la víctima y esto no se puede permitir. No hay que defender ningún tipo de agresión. Se ponen del lado del agresor porque cuesta asumir que has criado a un violador”, explica Pérez.
Miedo a denunciar
Además, en estos casos hay otros factores muy importantes a tener en cuenta: el temor de las víctimas a denunciar y el riesgo psicológico de las agredidas a normalizar el abuso. "Es el miedo al estigma social, a que otras personas puedan saber lo que está ocurriendo", detalla Diana Díaz, desde Fundación ANAR.
Los expertos se preguntan si, hay más denuncias los últimos años porque hay más casos o porque las mujeres se sienten con más fuerza para ello. “No lo sabemos, no hay datos oficiales sobre el aumento de las agresiones sexuales grupales pero si hay un aumento de la visibilidad”, dice la psicóloga.
Y hay más, las dos menores que sufrieron la agresión sexual en Burjassot, también ha salido en algunas redes sociales comentando: “Va a haber juicio así que vamos a volver a salir en la tele”. Esto ha hecho que muchas partes pongan el grito en el cielo y las culpen de los hechos.
“Al final es una victimización secundaria que, por un lado sufre la agresión y por otro se habla de los hechos y en muchos casos se pone en duda y eso tiene un efecto muy negativo para toda la familia que termina siendo señalada. Tenemos una responsabilidad enorme para tratar a la víctima”, dice Díaz.
Pérez asevera que “es importante destacar que siempre se juzga mucho a la víctima antes de empezar cualquier juicio. Parece que ellas tienen que cumplir un determinado perfil para ser víctimas de la violencia sexual. Si no lloras, no sufres, no estás en tu casa aislada y deprimida, tu credibilidad queda en entredicho”.
Y argumenta que como sociedad estamos haciendo este tipo de prejuicios porque cuesta entender que se produzcan estas agresiones tan graves y nos hace cuestionarnos ¿qué pasa como sociedad? ¿Qué pasa con estos menores para que terminen cometiendo estos delitos? Creo que es muy importante que se siga hablando de estos hechos porque ayuda a mejorar y hace que no nos pongamos una venda como sociedad. Además, desde fundación ANAR puntualizan que “hay que tener cuidado con las víctimas porque si se aborda mal el tema se puede producir un efecto llamada”, concluyen.