La viróloga china Li-Meng Yan, conocida durante las últimas semanas por huir a Estados Unidos en abril tras asegurar que su país ha mentido sobre el coronavirus, prepara "pruebas sólidas" para demostrar el origen de la pandemia.
"El virus no procede de la naturaleza ni salió del mercado de Wuhan", ha señalado la viróloga en una entrevista con el diario El Mundo. Li-Meng Yan ha asegurado en varias ocasiones que el Gobierno chino sabía del peligro que suponía el coronavirus antes de que informara a la Organización Mundial de la Salud, OMS, el 31 de diciembre.
La experta, además, ha explicado en la entrevista que contactó con un colega del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de China que dio pie a las primeras sospechas. "Me avanzó que en Wuhan sabían ya que era un nuevo virus SARS y que incluso habían secuenciado su genoma completo", precisa. Según la profesional, que trabajaba en un centro de Hong Kong, los expertos en china continental manejaban más información sobre el virus.
Li-Meng Yan ha añadido que este experto le dio "el dato más importante", un clúster familiar. "Todos sabemos lo que eso implica. Esta enfermedad se transmite de humano a humano. Me dijeron que no entendían lo que estaba sucediendo en Wuhan y que China no estaba compartiendo la suficiente información para comprenderlo. Es evidente que Pekín estaba tratando de encubrir la enfermedad", ha explicado.
La viróloga ha desvelado que trabaja en la preparación de "un informe en base a pruebas médicas sólidas para proporcionar la verdad sobre la enfermedad y sus orígenes". También ha comentado que "el mercado de Wuhan no es el origen del brote, ni un animal salvaje el huésped intermedio". "La COVID-19 no procede de la naturaleza. El mercado es solo una cabeza de turco", ha aseverado.
"El Gobierno chino retrasó deliberadamente la información del virus. Durante semanas, negó que hubiera personal médico infectado mientras pacientes con síntomas permanecían en zonas comunes de los hospitales sin aislamiento y sin equipos de protección individual", ha precisado la viróloga, que asegura tener los "registros de las conversaciones" que mantuvo por chat y que "han sido comprobadas por el FBI".
La experta china asegura que cuando averiguó que el virus se estaba transmitiendo muy rápido, informó de sus hallazgos al doctor Leo Poon, un presunto contratista de la OMS, quien le pidió ocultar su investigación y que guardara silencio porque estaba poniendo en riesgo su vida.
La OMS ha negado las acusaciones de la viróloga y ha matizado que "mucha gente trabaja para ellos como consultores", pero que no tienen datos que acrediten que Yan trabajara para un laboratorio de referencia de la organización especializada en virus y pandemias. Además, han afirmado recientemente que no hay datos en los archivos sobre el doctor Poon, supervisor de Li-Meng Yan.