El viento da dolor de cabeza: mito o realidad
Hay argumentos para todos los gustos. Mientras que algunos científicos ven una relación clara y no una mera coincidencia, hay otros que no encuentran certeza suficiente para afirmar tal cosa. A continuación te contamos lo que establecen los expertos que se han pronunciado sobre este asunto. Saca tus conclusiones.
Los que están a favor
Quienes se posicionan a favor de la causalidad, es decir, que el viento puede desencadenar un dolor de cabeza, consideran que este fenómeno meteorológico provoca cambios de presión atmosférica y humedad en el ambiente. Como consecuencia de ello, se modifican los niveles de oxígeno en el aire y esto implica una reacción de los vasos sanguíneos, que se expanden y contraen para adaptarse a dichos cambios. Serían estas variaciones las que provocarían los dolores de cabeza.
De hecho hay algún que otro estudio, como este de la Universidad Médica Dokkyo de Japón que lidera Kazuhito Kimoto, que argumenta con pruebas la relación entre presión atmosférica y la migraña. Si damos por válida su metodología, quedaría demostrado que baja presión atmosférica puede ser igual a migraña.
El prestigioso psiquiatra José Crespo, doctor y director del primer centro de Salud Mental de Cádiz, decía en una entrevista en el diario 'La voz de Cádiz' que no ve una relación clara entre ambos. No obstante, sí atribuye al viento una capacidad de aturdimiento y asegura que "me consta que algún código penal antiguo consideraba determinados vientos como una circunstancia atenuante a la hora de juzgar crímenes y delitos".
Los que están en contra
No todos los profesionales coinciden en esta causalidad, muchos afirman que el viento por sí solo no es un desencadenante del dolor de cabeza y en el mejor de los casos, sólo algunos vientos como la tramontana, el viento sur del norte de España o el siroco, provocarían corrientes de aire que podrían afectar a la salud. No obstante, como señala Pedro A. Martínez-Carpio, investigador clínico de la facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona, no son más que especulaciones: "No existe suficiente evidencia científica porque no se ha investigado", coincide con el Doctor Crespo.
Consenso en cuanto al efecto Foehn
El efecto Foehn del viento se produce cuando una masa de aire entra en contacto con una cadena montañosa. Al ascender por la montaña el aire se enfría y el vapor de agua se condensa provocando precipitaciones, lo que origina que al descender por la otra cara se convierta en un aire seco que aumenta la presión atmosférica y la temperatura.
Todos los profesionales coinciden en que el cambio brusco de presión, temperatura y humedad del aire descendente de la montaña puede afectar negativamente a la salud. En verano hemos tenido buena muestra de ello por ejemplo en zonas de Gran Canaria, donde la orografía en ciertas regiones ha propiciado unas condiciones que dan lugar a dolores de cabeza, así como fatiga y estrés psíquico.