Cada época del año tiene sus dolencias típicas y con la subida de las temperaturas son habituales las afecciones dermatológicas, sobre todo las quemaduras por una sobre exposición al Sol o por no hacerlo con la protección adecuada, pero también infecciones causadas por hongos. La aparición del pie de atleta o la tiña de las uñas, que son las más comunes, aumenta en esta época, debido al incremento de las temperaturas, la humedad y el uso de calzado poco apropiado, aunque no hay evidencia científica que constante un mayor contagio en verano.
La espalda es otra de las zonas del cuerpo donde pueden hacer acto de presencia, aunque los especialistas sostienen que cualquier área de la piel es susceptible al contagio. Asimismo, en esta época se producen más episodios de vulvovaginitis debido a que las mujeres pasan mucho tiempo con su ropa de baño mojada.
Temperatura, humedad y oclusión desencadenan su manifestación
"Los hongos son los organismos sin clorofila, provistos de talo, generalmente filamentoso y ramificado, mediante el cual absorben los principios orgánicos nutritivos del medio, de tamaño muy variado y reproducción preferentemente asexual (por esporas)", indica la Rosa María Díaz Díaz, doctora en Dermatología y profesora de Medicina en la Universidad Europea.
Según el doctor Vicente Crespo, jefe de Servicio de Dermatología Hospital Regional Carlos Haya (Málaga), los hongos están presentes en la mayoría de las personas adultas, aunque no se manifiesten. "El paciente puede arrastrar su micosis en los pies durante años, y evidenciar sintomatología cuando aumentan las condiciones locales de temperatura, humedad y oclusión, señala el miembro de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología). "Con el calor y la humedad la piel se macera y disminuye por tanto su efecto barrera, facilitando que sea colonizada por los hongos", añade la experta. "Afectan por igual a ambos sexos, y se dan en todas las edades, aunque algunas de ellas como las tiñas del cuero cabelludo son casi exclusivas de la infancia, mientras que las infecciones de las uñas se ven en adultos, y su incidencia aumenta a medida que avanza la edad", indica Crespo.
Pie de atleta, onicomicosis y paroniquia
Aunque son variadas las patologías que pueden provocar los hongos en los pies, son tres las más comunes. El pie de atleta, una descamación de la piel que suele producirse entre los dedos de los pies, sobre todo, en adolescentes; onicomicosis o tiña de las uñas, que no solo se pueden contraer en las duchas de gimnasios o de piscinas, también por haber utilizado utensilios de otras personas sin limpiar adecuadamente o por el uso de calzado cerrado, y la paroniquia (uñero), una infección en la piel que rodea las uñas de las manos o de los pies debido a lesiones previas con cortes o fisuras y que suele producirse también cuando las manicuras o pedicuras no están bien realizadas.
Diabéticos e inmunodeprimidos, más vulnerables
Las lesiones suelen localizarse en las extremidades, pero, tal y como subraya la doctora Díaz, "cualquier área de la superficie cutánea es susceptible, incluyendo áreas pilosas (pelo) y uñas". Aunque todos somos potenciales víctimas de los hongos, las personas diabéticas e inmunodeprimidas son más susceptibles a padecerlos. Según José Ramón Calle, asesor médico de la Fundación para la Diabetes, la población diabética presenta una mayor prevalencia de las candidiasis orofaringea y esofágica, candidiasis genital, dermatofitosis, pie de atleta, tiñas y onicomicosis. "Los lugares donde aparecen más infecciones por hongos son la vulva, el pene, la boca, la piel y las uñas", puntualiza Calle. El descontrol en los niveles de glucosa en sangre favorecen la aparición de infecciones, entre ellas las genitales, debido a déficits funcionales inmunitarios. Sin embargo, son muchas las mujeres no diabéticas que padecen infecciones del pliegue inguinal (vulvovaginitis por el simple hecho de pasar mucho tiempo con sus bañadores y bikinis húmedos.
Para la prevención de las enfermedades cutáneas localizadas en los pies, la dermatóloga Díaz hace hincapié en la utilización de calzado adecuado y tratar de mantener la piel seca el mayor tiempo posible, por eso es muy importante no solo utilizar chanclas en la zona de duchas, sino mantener los pies secos una vez que ha finalizado el baño.
En la mayoría de los casos será suficiente el uso de cremas antifúngicas, pero hay casos como las tiñas que afectan a las zonas pilosas, uñas o la planta del pie en los que será necesario un tratamiento vía oral tras el diagnóstico del especialistas.
Los expertos desaconsejan, además, el uso de ropa ajustada como medias y leggings para prevenir la candidiasis vulvovaginal, además de utilizar métodos anticonceptivos de barrera como el preservativo.
Además, el sudor propio del pie en personas más propensas debe tenerse en cuenta, sobre todo en el caso de los deportistas o de aquellos que practiquen alguna actividad física con regularidad. Por ello, deberán cambiar los calcetines y evitar en lo posible las rozaduras, para que los hongos no proliferen en grietas o heridas.
El agua caliente tampoco es un buen aliado porque hace que los pies maceran y facilita la entrada del hongo en la piel. Si nota alguna molestia, cambio en la piel o en las uñas, acuda a su médico para que haga una valoración y le derive al especialista. Hidratar la piel todos los días debería ser una máxima en nuestra rutina.