Las vacunas contra el covid frenan la transmisión de contagiados y asintomáticos: el fin, más cerca
Las vacunas tienen un potencial mucho mayor para disminuir morbilidad y mortalidad de la población
Las vacunas garantizan una reducción sustancial en el riesgo de transmisión, según un nuevo estudio
La transmisión, obviamente, puede ocurrir después de la vacunación pero la transmisión será mucho menor
Las vacunas van a desempeñar un papel más activo del que se pensaba para frenar y, eventualmente, poner fin a la pandemia, como lo demuestra la reciente reducción drástica de casos en el Reino Unido e Israel, donde las campañas de vacunación han llegado con éxito a una alta proporción de la población. Esto deja claro que lograr una cobertura de vacunación mundial rápida y completa es aún más esencial y urgente. La propia OMS ha dado hoy un espaldarazo a las vacunas dejando claro que todas ellas son eficaces contra todas las variantes del virus.
Los resultados de diversos estudios dan una buena idea de la eficacia de las vacunas: la de Pfizer redujo el riesgo de contraer COVID-19 en un 95%, mientras que la de Moderna tuvo una eficacia del 94,5%. Por su parte, la vacuna de una sola dosis de Johnson & Johnson redujo el riesgo de infección en un 66% en todo el mundo y en un 72% entre los participantes en el ensayo de Estados Unidos. Pero en el mundo real parecer que las vacunas incluso mejor que en los ensayos.
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Un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) demostró que esas dos vacunas en conjunto redujeron el riesgo de enfermar de COVID-19 en un 94% entre 500.000 trabajadores sanitarios que estaban totalmente vacunados. Las vacunas de COVID-19 administradas en Inglaterra, de hecho, pueden reducir la transmisión del coronavirus en los hogares a la mitad, según datos de la Salud Pública de Inglaterra. Esos son los antecedentes.
Ahora un nuevo estudio de Aaron Richterman, Eric A Meyerowit y Muge Cevik, titulado Indirect Protection by Reducing Transmission: Ending the Pandemic with SARS-CoV-2 Vaccination señala que las vacunas pueden provocar una reducción en la transmisión, de un mínimo del 80% y probablemente mucho más alto, señala uno de sus autores.
El informe deja claro que hay dos formas en las que una vacuna puede reducir el riesgo de transmisión. Primero, una vacuna puede disminuir la probabilidad de que un receptor se infecte en primer lugar mediante la protección contra sintomáticos y asintomáticos (que solo puede identificarse utilizando pruebas sistemáticas de PCR o serología). En segundo lugar, una vacuna puede reducir la probabilidad de transmisión de un receptor de la vacuna infectado al reducir la duración o el grado de infección. La evidencia acumulada sugiere que las vacunas contra el SARS-CoV-2 pueden reducir sustancialmente la transmisión a través de estos dos mecanismos.
Los receptores de la vacunas tienen un potencial de transmisión más bajo en comparación con las personas infectadas que no han sido vacunadas. La evidencia sugiere una reducción mínima del 60% de infecciones y un 50% en el potencial de transmisión.
La transmisión, obviamente, puede ocurrir después de la vacunación, sin embargo, la pregunta es si hay suficiente transmisión en este entorno para justificar políticas adicionales de mitigación de la transmisión para las personas vacunadas.
Los datos del informe proporcionan evidencia convincente de que la vacunación contra el SARS-CoV-2 da como resultado una reducción sustancial en el riesgo de transmisión, aunque la magnitud exacta de la transmisión general la reducción aún no se ha caracterizado por completo. Como resultado, las vacunas tienen un potencial mucho mayor para disminuir morbilidad y mortalidad de la población de lo que lo harían en una situación en la que solo previnieran los síntomas enfermedad.
El informe señala que las vacunas siguen siendo un recurso escaso, por lo que el énfasis en vacunar a las personas con mayor riesgo deben continuar. Sin embargo, la protección indirecta proporcionada por las vacunas también sugiere un fuerte beneficio para la población de menor riesgo. Los estudios demuestran ya que se están dando grandes reducciones en el riesgo de infección y una disminución de la replicación viral entre los receptores de vacunas infectados. Eso merma las oportunidades para la aparición de nuevas variantes y lo que es más importante, nos acercan al final porque las vacunas funcionan mejor en le mundo real de lo que nadie pensó-