Trump presume ahora de gestión de la pandemia cuando hace tres meses la subvaloraba y quería curarla con desinfectante oral. Ahora, en plena campaña electoral, el presidente de EEUU, presume que la vacuna 'made in USA' estará disponible "en tres o cuatro semanas", mientras su Gobierno presenta el plan de vacunación contra el coronavirus en el Congreso.
EEUU lidera la lista de países más afectados por la pandemia con 6.61 millones de contagios de coronavirus y 196.000 muertes, pero Donald Trump que esto lo controlará muy pronto, porque el país está “a pocas semanas” de conseguir una vacuna contra la COVID-19, especificando que podrían ser “tres o cuatro”, djo sin mucho resquemores, a pesar de la prudencia que piden las autoridades sanitarias internacionales.
“Si quieres saber la verdad, el Gobierno anterior habría tardado años quizá en tener una vacuna por culpa de la Agencia de Medicamentos (FDA) todos los permisos. Y estamos a pocas semanas de conseguirlo (...) podrían ser tres o cuatro semanas”, ha afirmado Trump durante un evento con votantes indecisos. El Gobierno anterior habría tardado años, pero el suyo, que hasta hace un mes rechazaba el uso de las mascarillas, tendrá la vacuna en nada.
Durante el acto electoral, Trump se ha mostrado convencido de que, de que si no se logra una vacuna contra la enfermedad, el virus “va a desaparecer”, una idea que ha repetido de forma reiterada desde marzo. “Va a desaparecer. Va a desaparecer. Lo sigo diciendo”, ha subrayado.
Durante el encuentro, Trump, también ha defendido su gestión de la pandemia de la COVID-19 diciendo lo contrario de lo que hizo: que no minimizó la amenaza que suponía el coronavirus.
El Congreso, su equipo de Sanidad, presentaba este miércoles el plan de vacunación previsto para comenzar en enero o a finales de este año, de forma gratuita en dos dosis. Los funcionarios de salud y el Departamento de Defensa describieron una especie de libro o registro para que los estados comiencen a distribuir vacunas gratuitas contra el coronavirus.
El Pentágono ayudará a implementar las vacunas que se administrarán de forma prioritaria a los trabajadores de la salud. Los estadounidenses podrían comenzar a vacunarse a partir de enero o a finales de este año.
El Gobierno no exigirá de forma obligatoria la vacunación, pero cualquiera que desee una vacuna podrá recibirla gratis. La campaña es "mucho más abarcadora en alcance y complejidad que la de la gripe estacional", según el manual de los estados de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.