Numerosos expertos han advertido de las consecuencias que la pandemia de coronavirus y el aislamiento ha perjudicado la salud de los ciudadanos. La preocupación y el estrés ante una situación tan inusual es normal que afecte a la salud mental de las personas.
Todo ello ha coincidido, además, con la llegada de uno de los veranos más atípicos de la historia. Los viajes y las vacaciones suelen ser un modo de relajarse y de dejar a un lado la rutina para la mayoría de personas. Por eso, el no viajar puede suponer un peligro para la salud mental, según informa Washintong Post.
Según una investigación de la Society for Human Resource Management, los descansos regulares del trabajo son esenciales para la salud mental. Más aún teniendo en cuenta que durante la pandemia la jornada laboral se ha alargado un promedio de 48 minutos.
El quedarse en casa e incluso trabajar ahí puede hacer que no se desconecte de manera correcta, lo que afecta directamente a la salud mental de los trabajadores. Aún así no todo está perdido: los expertos aseguran que la separación del trabajo es la clave para lograr una desconexión mental, aunque no se pueda viajar.
Traumatólogos, oftalmólogos, psicólogos, endocrinólogos, nutricionistas y dermatólogos han asegurado en asegurar que el sedentarismo obligado por el confinamiento ha perjudicado a la salud del paciente.
De hecho, la pérdida de masa muscular que conlleva la inactividad está resultando un factor determinante a la hora de favorecer el desarrollo o complicación de diversas patologías musculoesqueléticas, especialmente las que afectan a las articulaciones.
"Los músculos mantienen las articulaciones y los huesos en su posición funcional y si estos se deterioran, el cuerpo sufre. Es un efecto que empieza a notarse a los pocos días del cese de la actividad ordinaria", ha dicho el jefe de equipo de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario HM Puerta del Sur de Móstoles, Luis Sanz.
Así, la mayoría de los pacientes que han visitado las consultas de traumatología estos días se aquejan de problemas de osteoartrosis, originados por la pérdida de elasticidad de los ligamentos y la falta de estímulo de carga en el cartílago articular; inestabilidad articular centrada, básicamente, en rodillas y hombros, a causa de la mayor laxitud de los ligamentos; dolores lumbares, provocados por la falta del ejercicio físico que refuerza la musculatura abdominal y el suelo pélvico y el haber pasado mayor tiempo sentado o estirado; y dolencias cervicales tanto de carácter postural como tensional, generadas por el incremento del uso de las pantallas.
Por otra parte, y a pesar de que el cese de la práctica deportiva reglada redujo la incidencia de las lesiones deportivas agudas, éstas han vuelto a detectarse. Así, los expertos han explicado que la población que, en mayor o menor medida, realiza ejercicio físico diariamente ha perdido tono cardiovascular, además de masa muscular, por lo que con la vuelta a los entrenamientos ha comportado un aumento de las lesiones musculares.