Europa asume que la nueva variante Ómicron del coronavirus ya circula por sus diferentes países -también por España- afectando a los ciudadanos y que puede ser más contagiosa. Los países miembros de la Unión se han reunido hoy en Bruselas para buscar soluciones efectivas y consensuadas. Toca ponerse de acuerdo. Toca buscar nuevas medidas para controlar y frenar su propagación cuanto antes. Y toca hacerlo entre todos.
Es el momento de plantearse la posibilidad de volver a imponer restricciones, como contar con una PCR negativa antes de viajar. Una medida que ya piden países como Irlanda o Portugal, incluso a quienes están vacunados y tienen pasaporte COVID.
Sobre la mesa también está el debate de la vacunación obligatoria. Austria, Alemania o Grecia ya han anunciado que la van a imponer, pero Bruselas quiere un debate más profundo. Más teniendo en cuenta que en algunos países de la Unión Europea el porcentaje de vacunados es todavía alarmantemente bajo.
Con la Navidad a la vuelta de la esquina, los países empiezan a imponer ciertas medidas para frenar la expansión del coronavirus.
Francia pide distanciamiento social riguroso y limitar comidas y reuniones. Pues en interiores y sin mascarilla, los contagios se disparan. Será un fin de año sin discotecas, cerradas desde este viernes y durante cuatro semanas, porque el virus circula entre los jóvenes, incluso vacunados. Además, vuelve la mascarilla obligatoria en las escuelas y los niños de entre cinco y once años recibirán la primera dosis de la vacuna.
Italia, con el super pase verde, vigente hasta el 15 de enero, aparta a los no vacunados de lugares más concurridos, como bares, restaurantes, comercios o espacios culturales.
En Alemania, el ministro saliente de Sanidad se despide pidiendo restricciones más severas. Plantea endurecer las medidas para los viajeros que entren en la Unión Europea. Una medida que ya aplica el Reino Unido: PCR negativa de máximo 48 horas, incluso a quienes tengan la pauta de vacunación completa, para quienes quieran entrar en el país.