Si llevas gafas, lo has sufrido más de una vez. El frío ha llegado a España y eso, en las personas que las necesitan se traduce en el dichoso empañamiento con la mascarilla. Habrás escuchado soluciones para todos los gustos, como lo de echar espuma de afeitar en los cristales, que tanto se repite, pero no todas son reales. Repasamos los trucos que sí funcionan.
El truco más sonado que circula por las redes es el del jabón. Consiste en frotar ambos lados de los cristales con una pastilla de jabón en seco, limpiando después los restos con un paño para que no te molesten a la vista. Esto supuestamente crea una película que impide que el vaho empañe las gafas. Aunque hay que hacerlo con cuidado porque al pasar el paño podrían rallarse. De hecho, el diario ‘Maldita’ lo ha desaconsejado tras consultar a la Delegación de Galicia del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas (CNOO) en lentes orgánicas.
Una solución para que no se estropeen, publicaba hace unos meses el ‘New York Times’, es aplicar agua jabonosa en vez de jabón en seco, y después dejar las gafas secar a la intemperie. Para la recomendación se basó en una prueba de un cirujano inglés que mostraba cómo así los cristales creaban una capa delgada que rehusaban las moléculas de agua.
Es el aire caliente que sale de nuestra boca lo que provoca que los cristales se empañen. Por tanto, si evitamos que ese aire caliente choque con nuestras gafas frías, problema arreglado. Para ello, tira de las gomas, crúzalas y asegúrate de que queda bien pegada a tu cara y tu nariz.
Si ni por esas lo consigues, también puede usar esparadrapo para pegar bien la mascarilla a tu nariz. Esto se lo hemos visto aconsejar a algunos sanitarios en las redes.
El medio estadounidense ‘AccuWeather’ ha querido comprobar este truco para comprobar si, como dicen, funciona eso de aplicar crema de afeitar. Para ello probó no sólo con crema, también con gel de afeitar y lo que llaman ‘mantequilla de afeitar’, parecida a la crema. “Los resultados fueron mixtos, pero en gran medida decepcionantes”, ha publicado. Tan solo el gel habría hecho algo de efecto, pero asegura que más allá de dejar un olor agradable en las gafas, no hacía mucho.
Hay inventos para todo, prueba de ello son los sprays y los tratamientos antivaho que podemos comprar en multitud de tiendas y plataformas online. Generalmente cuestan menos de 10 euros y, aunque su efecto es temporal, puede llegar a durar hasta 8 horas.
No dañan las lentes, se aplican rápido, caben en bolso o el bolsillo y, lo más importante: evitan que se empañen las gafas. Es lo más efectivo si las usamos a diario.