Los casos en adolescentes, niños y bebés nos recuerdan que el riesgo sigue ahí, que aunque se haya reducido la altísima mortalidad de las primeras olas, la salud está en juego, y que el virus no entiende de edad. En los últimos días se han incrementado los contagios entre los menores de 12 años, incluso algún recién nacido ha tenido que ser hospitalizado.
Dos bebés ingresados en el hospital de Alzira, en Valencia. Tienen menos de un mes. Otro en Murcia, un recién nacido que nació contagiado. El diagnóstico es bueno, no corren peligro. De hecho, la inmensa mayoría sufren síntomas leves y se recuperan pronto. Dolor de garganta y unos días más de fiebre. Por eso, los pediatras restan importancia al covid entre los más pequeños.
Lo que sí preocupa más, que se están disparando los casos entre menores de 12 años. Ahora mismo, triplicándose. Y al menos hasta septiembre, sin vacuna aprobada para minimizar aún más los riesgos. Y también las secuelas a largo plazo que se empiezan a vislumbrar.
En especial, ya en niños en torno a los 8 años, que han desarrollado un síndrome inflamatorio que tiene efectos sobre la salud cardíaca. Y no se puede desdeñar. Como tampoco su papel en los contagios, ya que si enferman, son igualmente transmisores del coronavirus.
Los menores están muy concienciados, pero los más pequeños, ni usan mascarilla ni se puede controlar todo lo que tocan o se llevan a la boca. Así que sigamos sin bajar la guardia.