La transmisión intrafamiliar de covid19 de niños a adultos es baja, defiende un estudio del Vall d'Hebron

  • El estudio fue desarrollado para "ayudar a tomar decisiones" sobre la vuelta al cole

  • De los casos estudiados, solo el 3,4 % de los contagios de covid en familias fueron originados por niños

  • En las 89 familias analizadas, solo tres menores han generado transmisión intrafamiliar

Un estudio del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona desarrollado con el doble objetivo de definir las características clínicas de los niños de Cataluña con covid-19 y su capacidad de contagio de coronavirus dentro de los domicilios ha concluido que la transmisión de la enfermedad de los menores de edad a los adultos con los que conviven es baja.

Concretamente, solo un 3,4% de los menores estudiados fueron transmisores en el núcleo familiar, tal como ha explicado este lunes en rueda de prensa el jefe de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría del Vall d'Hebron, Pere Soler.

Concretamente, el estudio, llevado a cabo para intentar “ayudar a tomar decisiones” respecto de la vuelta al cole, revela que, en cuanto a la capacidad de transmisión, de las 89 familias analizadas, solo tres menores, dos de los cuales tenían 17 años, han sido los que han generado transmisión familiar.

En un total de 36 familias (40,4%) no se ha podido definir el patrón de transmisión, y en otras 50, en las que varios miembros sufrieron covid-19, se ha identificado a otro miembro de la familia o de fuera con PCR positiva que sería el transmisor (56,2%).

El estudio, que tiene una parte retrospectiva, realizada del 1 de marzo al 31 de mayo, que es la que se ha presentado este lunes, cuenta también con otra parte prospectiva que está siendo liderada por los equipos de Atención Primaria, estudiando 357 pacientes pediátricos diagnosticados.

La inmensa mayoría, con cuadros leves

Analizando la sintomatología de la COVID-19 en los niños, Pere Soler ha explicado que “la inmensa mayoría” de los pacientes “han tenido cuadros leves con una muy buena evolución clínica”, si bien ha añadido que sus manifestaciones clínicas son más inespecíficas que las del adulto, lo que puede dificultar el diagnóstico.

Así, en los pacientes pediátricos, la fiebre y la tos aparece en alrededor 59% y un 49% de los casos, respectivamente y la pérdida del olfato y el sabor solo en el 13%, mientras que manifestaciones como la fatiga se sitúa en el 40,5%.

Más allá, Soler indica que si bien hay pocos datos sobre cuáles son los pacientes de riesgo pediátricos, el estudio ha observado que solo los pacientes con cardiopatías congénitas o neumopatías graves –excluyendo el asma– pueden ser considerados de riesgo.

Por otra parte, los expertos advierten que el número de pacientes menores de 18 años con un diagnóstico confirmado de covid-19 ha crecido después del confinamiento. Del 1 de marzo al 31 de mayo fueron 163. Solo en el mes de junio se registraron 250 casos, mientras en julio el número pegó un salto hasta los 2.602 y entre el 1 y 23 de agosto, 2.419.

La balanza, “claramente a favor” de la vuelta al cole

Cuestionado al respecto de la inminente vuelta de los niños al colegio, el jefe de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría del Vall d'Hebron se muestra a favor. Según explica, el riesgo cero no existe, pero en su opinión los beneficios de reiniciar las escuelas hacen que "la balanza se sitúe claramente a favor" de hacerlo.

No obstante, en lo que se refiere al estudio recuerda que tiene limitaciones y hay "una zona gris" de pacientes que están pendientes de definir cómo se catalogan, sobre todo por la dificultad de seguir el circuito de contagio en un estudio retrospectivo.

Mientras tanto, la consellera de Salud de la Generalitat, Alba Vergés, ya ha advertido que arrancan dos semanas claves para bajar el ritmo de contagios en Cataluña para conseguir reducir la transmisión ante el retorno a los trabajos y las escuelas: "Para tener los menores problemas, hay que bajar la incidencia en la comunidad", ha dicho, pidiendo el “esfuerzo mínimo” de “reducir la interacción social”.

En este sentido, ha aconsejado dejar cenas o encuentros para más adelante.