¿Tomas café en ayunas? A partir de ahora, te lo pensarás dos veces
A pesar de sus múltiples beneficios, el café es "agresivo" con el estómago
El café aumenta la producción de ácido estomacal y la de cortisol
El café es una bebida con una cantidad tremenda de beneficios, desde mantenernos despiertos hasta conseguir reducir las probabilidades que tenemos de sufrir alzhéimer, diabetes o enfermedades cardiovasculares, pasando por la mejora del estado de ánimo o un mejor rendimiento físico. Sin embargo, también es una sustancia considerablemente fuerte y "agresiva" con nuestro estómago, lo cual puede ser un riesgo para nuestro salud.
Un grupo de científicos de la Universidad de Bath han advertido sobre el peligro de consumir café poco después de despertar. Según publica 'Slash Gear', esto genera un impacto sobre el azúcar en la sangre. Recomiendan que la bebida se puede tomar después del desayuno. La intención es que las personas tengan alimentos en el estomago. Entonces así evitan las consecuencias negativas de las que hablan en su estudio.
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Otros estudios, como el publicado por el Centro Alemán de Investigación para la Química Alimentaria, explican que los sabores amargos del café aumentan la producción de ácido estomacal. Esto se suele vincular, al menos a primera vista, con un aumento del riesgo de irritación de la pared intestinal. Y, de ser cierto, nos pondría en riesgo de sufrir síndrome del intestino irritable, reflujo ácido, úlceras, náuseas e indigestión.
Otra de las teorías principales es que el café es un estimulante de la producción de cortisol. Esta es una hormona fundamental que es producida por nuestras glándulas adrenales y que tiene control sobre nuestro metabolismo, la presión sanguínea y los niveles de azúcar en sangre. A pesar de esto, los niveles excesivos pueden provocar problemas de salud como la pérdida ósea, la presión arterial elevada, la diabetes tipo 2 y las enfermedades del corazón. Al menos, así son descritos sus efectos por el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK) de Estados Unidos.
La verdad es que los niveles de esta hormona varían durante el día. Por ejemplo, aumentan en el momento en el que nos despertamos, se van reduciendo poco a poco a lo largo del día y vuelven a subir durante las primeras fases del sueño.
Sin embargo, estos posibles efectos del café no han sido confirmados por ninguno de los dos grandes estudios (uno del Veterans Affairs Medical Center en Estados Unidos y otro de la Universidad de Atenas) que se han llevado a cabo. Cuando somos bebedores habituales de café, la bebida afecta poco (o directamente nada) a nuestros niveles de cortisol. Por otra parte, los niveles de colesterol aumentan con el café independientemente de si lo consumimos con el estómago lleno o vacío. Lo cierto es que, a pesar de que algunas personas sean más sensibles a él y pueda sentarles mal, el café sigue siendo un alimento sanísimo.