· Culex pipiens o mosquito común (el que te lleva picando toda la vida)
Son dípteros hematógafos (dos patas) y son ellas, las hembras, las que pican. Viven en la ciudad, salen sobre todo por las noches y se arriman donde hay gente (de verdad, no te estamos describiendo a ti o a tus amigos). Son los más habituales y los conoces de sobra: su tamaño oscila entre los 5 y 8 milímetros y su picadura seguro que la has sufrido alguna vez, el clásico puntito rojo que no puedes parar de rascar. Para combatir su picadura puedes tirar de métodos habituales. Lo más efectivos son los repelentes de uso cutáneo, sobre todo en crema más que spray. Aunque el segundo sea más cómo para aplicar (y menos engorroso que la crema, que puede ser pegajosa o más molesta al mezclarse en zonas con vello), la crema favorece una absorción más efectiva.
· Flebotomos
Aunque afecta principalmente a los perros, la picadura de los flebotomos, mosquitos muy pequeños encargada de transmitir la leishmaniosis (enfermedad endémica de la Comunidad de Madrid) también se da en muchos casos en personas. Vivió un repunte de casos humanos en el año 2015 y entre las medidas preventivas, además de repelentes, se contempla como efectivo el uso de anti mosquitos eléctricos y de insecticidas aplicados con frecuencia y localizados en zonas de posible entrada y salida de los mosquitos.
· Mosquito Tigre (aedes albopictus)
Es una especie invasora y su aparición en España, en la cuenca mediterránea, se lleva registrando progresivamente desde 2004. Algo más pequeño que el mosquito común (entre los 4-6 milímetros) pero más peligroso. Es un vector (transmisor de enfermedades) y puede contagiarte del dengue o la fiebre amarilla. Si bien su picadura no es fácilmente diferencial, ellos (o más bien, ellas) sí lo son: una línea blanca en su cuerpo y sus patas rayadas permiten identificarlos. Aunque son más de exteriores y buscan pequeños espacios con agua para poner sus larvas, hay que tener cuidado con jarras o pequeños recipientes con líquido.
En cuanto a su prevención, es más estricta que la del mosquito común. A la hora de elegir un repelente conviene asegurarse de que este contenga el principio activo dietiltoluamida (DEET), al que la OMS considera el más eficaz para ello. Muchos productos repelentes incluyen en su etiqueta la indicación específica de idoneidad para esta especie.
· Mosquito Aedes aegypti
Algo así como 'el primo (aún más) malo' del mosquito tigre. Pertenecen a la misma familia y este, como el anterior, es también vector de enfermedades. Uno de los principales transmisores de la fiebre amarilla o el dengue. Aunque prolífico en el continente africano, lo hemos conocido de cerca porque es también el portador del Zika, que ha dejado algunos casos en nuestro país. Igual que el mosquito tigre, es diurno y asienta sus larvas en aguas estancadas. Para prevenirlo lo recomendable, además de repelentes, es información de mano de un profesional de la salud.
· Mosquito Anopheles
El encargado de contagiar la malaria. Aunque no vive en España desde hace varios siglos, sí se dan algunos casos al año de enfermedad transmitida por ellos. Principalmente en personas que han viajado a África, pero también se dan algunos (muy escasos y puntuales) casos de aeropuerto, se cuelan en un avión y viajan con los pasajeros. a diferencia de los anteriores, le gusta el agua limpia y no contaminada y ataca por las noches sin hacer distinción entre exteriores e interiores. Si se viaja serán los profesionales de la salud quienes informen al respecto de la prevención, siempre con el añadido de un efectivo repelente cutáneo.