Las personas mayores son uno de los grupos más vulnerables frente al COVID-19, por eso las autoridades sanitarias recomiendan que no salgan de casa y que se extremen las precauciones al tratar con ellos.
A pesar de todas las advertencias, estas personas tienen que seguir haciendo la compra o paseando al perro. Para evitarles ese riesgo, muchos vecinos se han prestado a encargarse de sus recados de forma desinteresada.
Son muchas las imágenes de vecinos que han colgado en sus puertas, en el portal o en el ascensor carteles ofreciéndose a ayudar a los demás. Dejan claro que lo han sin esperar ninguna compensación y, además, teniendo el máximo cuidado con todo lo que tocan. Pero no son los únicos. Los mayores saben cómo está la situación y lo último que quieren es causarles un perjuicio a esa persona que les está ayudando. Como ejemplo, la lista de la compra de una señora dirigida a la vecina que va al supermercado en su lugar:
“Lejía botella grande.
Fruta: naranjas, plátanos, lo que veas.
Pan rebanadas.
Cebollas”
Y, tras la lista de productos, un mensaje:
“Me he puesto guantes para no infectarte. Lo que sobre para ti. Te quiero mucho. No he tocado el dinero”.