Conocer el alcance del coronavirus está provocando que los test de detección se conviertan en el objeto de deseo para la población española. La incertidumbre ha aumentado a causa del posible porcentaje de asintomáticos en nuestro país: personas contagiadas, que no lo saben, y que propagan el virus. Sin embargo, los ciudadanos, de momento, no pueden realizarse la prueba por cuenta propia. Las farmacias tienen prohibido tenerlos, tanto para venderlos como para hacerlos.
Una farmacia 24 horas está siendo investigada, después de que el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, COFM, comprobara que había vendido test rápidos tras el previo pago de 25 euros. "A día de hoy no se pueden tener test rápidos de COVID-19 en farmacias. Está prohibido, al igual que no se puede tampoco realizar test al propio personal. Si alguna farmacia se salta la normativa, se actuará en consecuencia. Hemos tenido conocimiento de un solo caso", ha señalado este lunes Luis González, presidente del COFM.
"No se pueden hacer test porque no tenemos material de protección para hacerlo y, las muestras, si es a través de sangre, deben hacerse en un laboratorio. Los test rápidos, cuando nos los ofrecieron al principio del confinamiento determinadas empresas, vimos que no tienen una fiabilidad del 100%. Su venta o realización no es legal, no está permitido", señalan a Informativos Telecinco fuentes del COFM.
"La farmacia que ha cometido la infracción, a lo mejor, compró el material por su propio personal. Algún sanitario, familiar, pudo preguntar si se lo podían hacer en consecuencia a la falta de test en los propios centros de trabajo y se ha podido dar la circunstancia. Toda farmacia que haga esto, es motivo de denuncia -expediente-. Solo hay cuatro test disponibles en las farmacias: los de embarazo, los de fertilidad, los de glucosa y los de VIH", añaden las fuentes consultadas.
"En una situación donde no ha habido reconocimiento de la valía por parte del Gobierno central de la red de farmacias, el farmacéutico ha salido al paso con proveedores no habituales de su canal farmacéutico. Los test que han repartido -ilegalmente- no son los de Sanidad, porque compraron una partida defectuosa", concluyen.
Las farmacias, si entraran al mercado unos test fiables, que Sanidad garantizara su funcionamiento y los pusiera a disposición de la distribución farmacéutica para venderlos y realizarlos, van a estar a disposición "para cualquier cosa", pero, a día de hoy, la realización o venta de test "no está permitido en la Ley". Para disponer de un mapa sobre la propagación, sería ideal para los ciudadanos poder acercarse a su farmacia y comprar el test, en lugar de tener que desplazarse hasta un centro sanitario. El deseo de las farmacias es que, al igual que con las mascarillas, los test, cuando el Gobierno lo permita, se vendan a un importe máximo y se hagan en oficinas de farmacia preparadas para ello -cuando sean fiables-.
Una buena manera de realizar los test, una vez Sanidad catalogara unos modelos determinados como fiables, sería disponer de una base de datos -en coordinación con el Gobierno central- donde se recojan los resultados de los test realizados tanto por centros de salud públicos, como en farmacias, como en hospitales privados. No serviría de nada hacer un test, que diera negativo y que no se comunicara al Gobierno. Las personas, una vez compraran el test y se lo hicieran, tendrían que devolver los resultados a la farmacia -así se conocerían los casos activos, los que lo han sido y los que nunca lo han pasado-.
"Los farmacéuticos están haciendo un esfuerzo impagable. Seis farmacéuticos han fallecido por coronavirus. El personal no ha recibido medidas de protección de las autoridades sanitarias. Los farmacéuticos somos auténticos profesionales sanitarios, los más cercanos a la población. Estamos en contacto directo con todo el público. En el ámbito rural, en muchos casos, la única autoridad sanitaria es el farmacéutico. La confianza de la gente con su farmacéutico es impresionante", precisaba González.
La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, ha alertado contra la adquisición online de test de autodiagnóstico, ya que "pueden dar lugar a resultados erróneos que, en ausencia de la interpretación de un profesional sanitario, pueden contribuir a extender el contagio" y "se corre el riesgo de contactar con empresas fraudulentas".
A través de un comunicado, OCU aclara que las únicas pruebas válidas son las que realizan las autoridades sanitarias y los laboratorios autorizados. Por todo ello, insisten en la urgencia de adoptar las medidas necesarias para disponer, cuanto antes, de pruebas diagnósticas suficientemente sensibles y validadas bajo control de las autoridades sanitarias y accesibles para toda la población.
Así, consideran "precipitada" la decisión del Gobierno de permitir la vuelta al trabajo en actividades no esenciales mientras no se cuente con estudios epidemiológicos que permitan conocer la extensión real de la infección y se garantice el acceso generalizado a mascarillas y guantes.