¿Hablarías de política en la primera cita? ¿Es la ideología una cuestión insalvable en parejas que ya llevan muchos años? ¿Qué hay de las mujeres que se empoderan gracias al feminismo cuando conviven con hombres machistas? Hoy tenemos una gran conversación sobre si la política es un obstáculo para las nuevas (y las viejas) relaciones.
¿Alguna vez has pensado cuáles son tus deal breakers? Este término anglosajón es perfecto porque se refiere a esos no tan pequeños detalles que nos llevan a la conclusión de que no podemos estar con la persona a la que hemos empezado a conocer con interés romántico. Puede ser comer con la boca abierta, eructar, decir "ni machismo, ni feminismo" o llevar zapatillas de running para ir a la discoteca. O todo a la vez. Y luego está la gran conversación: la política.
No sabemos si es algo que va con la edad (entendemos que un poco sí) o con un panorama sociocultural determinado (esto es indudable), pero está claro que, en una era de extremos y radicalización como la que vivimos actualmente, la ideología puede ser un obstáculo para una pareja. ¿Salvable o insalvable? ¿Es como lo de "no quiero tener hijos" o se puede llegar a acuerdos? Planteamos todas estas cuestiones a dos expertas: la sexóloga y asesora de parejas Elena Requena y la psicóloga Amparo Calandín.
La mejor forma de empezar a acercarnos a esto es desde un punto de vista práctico. ¿Es la ideología una cuestión conflictiva en las terapias de pareja? "Según mi experiencia, es normal que en una relación haya temas tanto de encuentro como de desencuentro, y la política es uno de ellos", afirma Amparo. "Es un aspecto complicado y polémico porque, cuando se vive de forma muy emocional, puede llevar a broncas. Pero cuando se coincide en ello, une, porque implica compartir valores e incluso comunicarse mejor".
Pero, ¿por qué es tan difícil entenderse en esto? "La política implica una serie de convicciones y en ocasiones guías de ruta en la forma de vivir nuestra vida, de relacionarnos con el otro o de percibirnos en sociedad. Si esto no es similar, puede ser un motivo de conflicto. Así mismo, cuando una pareja comparte ideario suele ser más fácil llegar a acuerdos, no tener tantas discusiones y ver la vida de una manera parecida. Esta regla no ocurre siempre, y podemos ver parejas alejadas políticamente que anteponen el deseo y el amor mutuo a lo demás", añade.
Planteado en términos más absolutos, sin el referente de parejas ya comenzadas, ¿pueden dos personas de diferente ideología política conducir una relación a buen puerto? "Me parece muy complicado que esto ocurra, pero puede darse. Depende de cuánto nos importe y esté presente en nuestro día a día la política. Una visión muy diferente de la vida, de la sociedad, de la economía, puede ser un problema", añade Requena. "Pero repito, al final depende de la voluntad de entender al otro. De entrada puede ser un motivo de desagrado si se manifiestan pensamientos muy diferentes".
También tenemos la sensación de que esta conversación habría sido menos categórica hace unos años. No hace falta explicar que nos encontramos en un momento de gran crispación que, de una forma u otra, nos cala en lo personal. Porque lo personal es político. "Tengo la misma sensación. El debate se ha radicalizado, y parece que todo el mundo tiende a polarizarse" reconoce Elena. "Ya de entrada podemos creer que vamos a entendernos mejor y más a largo plazo con alguien de nuestra misma ideología. Cuando el debate político es más moderado, las parejas son más heterogéneas".
"Como siempre, hay de todo. Hay gente apolítica que no se quiere posicionar o que no coincide del todo con ningún partido, y hay gente más extremista, lo que puede llevar a desencuentros", opina Amparo. "Esto sería un problema cuando las personas son poco flexibles y encima muestran diferentes ideologías, ya que tendrían una relación muy difícil en esas áreas de discrepancia, sobre todo cuando afecta a lo personal, a lo familiar, a lo social, a las amistades…".
Esto lo podemos ver muy claro en el feminismo. La nueva ola feminista de los últimos años ha permitido a muchas mujeres darse cuenta de que estaban viviendo en relaciones de desigualdad o soportando ciertas cargas del machismo. Algunas saben lo que quieren para su próxima pareja, pero otras se encuentran ya conviviendo con una. "Esto está pasando en consulta y hay quien se plantea incluso la separación. Hay casos de mujeres mayores o que llevan mucho tiempo en una relación y que están poniendo los puntos sobre las íes e instaurando nuevos límites", apunta Calandín.
"Esto me parece algo muy positivo", manifiesta Elena. "No tanto en las generaciones más jóvenes que ya dan por sentados muchos pensamientos feministas, y creo que cada vez estará más extendido y normalizado, sino en mujeres de más edad que ven cómo cosas que antes toleraban ahora chirrían, y eso puede generar muchas discusiones en la pareja. Es trabajo tanto de hombres como de mujeres, y muy fundamentalmente de las instituciones entender lo necesario de esta equidad, de cambiar conductas y discursos que generan desigualdad".
Y ahora que ya sabemos esto, ¿qué podemos hacer? ¿Qué consejos nos pueden ayudar a llegar a acuerdos con parejas ya establecidas? "En relaciones de largo recorrido, suele haber códigos, herramientas y formas de encuentro muy complejas, que permiten mediar en situaciones de tensión. Si han llegado a estar tantos años juntos, pueden conseguir respetarse en este tema", propone Requena. "Ahora bien, pueden existir conflictos concretos que generen mucha distancia y tendrán que ceder, aparcar la cuestión o bien respetarse. En último caso, se produce la separación".
"Debemos entrenar mucho la asertividad, cómo decir las cosas, y sobre todo hablar, dar nuestra opinión, manifestar lo que pensamos, de una forma unilateral. Opino, pongo mis límites, pero no pretendo que los demás piensen lo mismo que yo. Ahí está el conflicto", continúa la sexóloga. "Si conseguimos que esto sea un tema personal sobre el que yo pienso de una manera sin intentar aleccionar, no tiene por qué haber más problema. Sobre todo es importante el respeto. Respetar que las personas pueden tener opiniones diferentes. Cada uno piensa en base a sus valores, sus aprendizajes, su bagaje..."
Por último, les pedimos consejo: ¿deberíamos hablar de política en la primera o primeras citas, para curarnos en salud? "Actualmente es un debate que surge de forma casi automática cuando empiezas a conocer a alguien. Si ambas partes son moderadas en su ideología, y hay deseo, probablemente se respeten y no le den mucha importancia. Si alguno de los miembros de la futura pareja es más radical, puede que surjan conflictos", aconseja Elena. "Me parece interesante que aparezca este tema al comienzo de una relación a fin de acercarse, y si no interesa y puede suponer un problema, no generar más tensión".
"Depende de la edad, hay temas que a lo mejor no tiene sentido plantear, como el de tener hijos cuando tienes 20 años, pero podemos ir poniéndolos sobre la mesa poco a poco", concluye Amparo. "No hace falta ser totalmente explícito pero sí ir dejando ver nuestras opiniones sobre ciertas cosas, porque eso puede hacer que encajemos más o menos, y si es que no, cuanto antes nos demos cuenta, mejor, para que cada uno vaya por su lado".