La temperatura normal de nuestro cuerpo: identifica si estás fuera de la normalidad
Una temperatura anormal da pie a la hipotermia e hipertermia
La temperatura "normal" del cuerpo humano ha disminuido durante los últimos siglos
Las variaciones notables de temperatura son síntoma de patologías
¿Sabes identificar cuál es la temperatura corporal normal y cuándo, por el contrario, ésta es anormalmente baja o alta? Aunque parezca que se trata de valores universales y contantes en el tiempo, lo cierto es que la temperatura que podemos considerar ‘normal’ (en el sentido de más frecuente) ha variado con el tiempo, tal y como recoge un reciente estudio publicado por la Universidad de Standford.
Aunque la investigación se centra en Estados Unidos, sus resultados son extrapolaba a otros países desarrollados. Así, parece que, mientras que el Planeta se calienta, nosotros nos estamos enfriando: la máxima de que nuestra temperatura normal es de 37 grados ya no se cumple.
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No se trata de una variación leve, sino de una disminución “sustancial y continua” que se ha desarrollado en los últimos 200 años y que se ha mantenido estable de década a década. Entre otras cosas, este estudio demuestra que los hombres nacidos en la década de los 2000 registran una temperatura 0,59 grados inferior a los nacidos en la primera década del siglo XIX, y que las mujeres nacidas a finales del siglo XX y principios del siglo XXI registran una temperatura 0,32 grados menor que las nacidas en los alrededores del 1800.
¿La temperatura normal sigue siendo de 37 grados?
Este estudio rebate así la idea de que la temperatura normal del cuerpo humano es de 37 grados, que estableció en 1851 el médico alemán Carl Reinhold August Wunderlich. Al contrario, la Universidad de Standford asegura que, según los registros de más de 677.000 personas nacidas entre 1800 y finales de la década de los 90 del siglo XX, la temperatura corporal bajó de cada a década en 0,03 grados durante ese periodo y sería hoy, por tanto, un 1,6% menor que en la era preindustrial.
La causa de esta disminución podría encontrarse en la disminución general de las inflamaciones en las personas. Éstas aceleran el metabolismo y provocan que nuestra temperatura corporal aumente. Dado que en las últimas décadas se han dado importantes avances y aplicamos más tratamientos médicos que antes -a lo que se suma una mayor higiene-, tendría sentido que estas causas hayan provocado un descenso de la temperatura corporal.
Además, el hecho de que vivimos (en general) en entornos más estables en cuanto a su temperatura (contamos con aire acondicionado y calefacción, por ejemplo) también podría haber influido en este descenso de nuestra temperatura corporal. Gastamos menos energía en mantener una temperatura estable porque nos rodeamos de avances que lo hacen por nosotros.
Todo ello ayudaría, según el estudio, a mejorar nuestra calidad de vida y longevidad.
¿Cuándo se considera que registramos hipotermia o hipertermia?
Si la temperatura normal del ser humano ronda los 37 grados (aunque ya hemos visto que no se trata de una ciencia exacta), hablamos de hipotermia cuando nuestra temperatura se encuentra por debajo de ciertos límites, algo que sucede cuando pasamos frío y nuestra producción de calor resulta insuficiente. En general, se considera que existe hipotermia cuando nuestra temperatura corporal desciende de los 35 grados, y puede llegar a ser muy peligrosa en casos extremos. Estos son sus niveles aproximados:
- Hipotermia leve: La temperatura del cuerpo está entre 33 y 35 °C. En estos casos pueden producir temblores, torpeza mental y dificultad de movimiento.
- Hipotermia moderada: La temperatura corporal se encuentra entre 30 y 33 ºC. Puede producirse desorientación, pérdida de memoria y estado de semi-inconsciencia.
- Hipotermia grave: En este caso, la temperatura registrada es inferior a 30 ºC. Los síntomas aquí son más extremos: pérdida de la consciencia, tensión baja y debilidad de los latidos cardíacos.
En cuanto a la hipertermia, ésta es la responsable de la fiebre (aunque puede haber fiebre sin hipertermia). Podemos considerar que nuestra temperatura es anormalmente alta cuando supera los 37,8 grados. hablamos abiertamente de fiebre a partir de los 38 grados y de fiebre alta cuando la temperatura sobrepasa los 40 grados. Si se supera la barrera de los 40,5 grados, la fiebre puede ser peligrosa, amenazando proteínas importantes, provocando estrés celular e incluso, en los casos más graves, infarto de miocardio, necrosis de tejidos, ataques paroxísticos y delirios.
Normalmente la hipertermia aparece como causa de infecciones y solo a veces por causas no infecciosas. Así, se trata de un mecanismo del cuerpo para pelear contra el virus o bacteria que queremos expulsar. La fiebre suele ir de la mano de otros síntomas que pueden ayudarnos a identificar la causa infecciosa del malestar que sentimos, como los escalofríos o la sensación de sensibilidad y dolor en el cuerpo.
En días en que se habla especialmente del coronavirus, la presencia de fiebre es uno de sus síntomas principales, aunque éste lo comparten otros virus, como el de la gripe, por lo que es importante realizar las pruebas pertinentes para conocer con claridad qué dolencia padecemos en caso de registrar síntomas como este, unido a tos, malestar...