La técnica de radioterapia intraoperatoria (RÍO) permite que las pacientes afectadas por cáncer de mama precoz puedan ser tratadas en el propio quirófano con una dosis única de radioterapia, con menos toxicidad que la tradicional y con una recuperación más rápida, lo que ofrece ventajas físicas y psicológicas para las pacientes. "Prolongando 30 minutos más la cirugía, la paciente sale del quirófano operada e irradiada y así, al darse de alta, no tiene que volver más a radioterapia y puede reincorporarse de forma más rápida a su vida habitual, ha asegurado la doctora Rosa María Cañón, especialista en Oncología Radioterápica del Hospital Quirón Salud de Torrevieja, Alicante.
Según Cañón, esta técnica, que usan en este centro hospitalario desde 2004, siendo los primeros de España en utilizar acelerador móvil en quirófano, podría beneficiar a una "amplia mayoría" de mujeres a las que se les detecta el tumor en un programa de cribado o screening.
Respecto a la toxicidad de la radiación externa, Cañón ha señalado que con los nuevos aceleradores "se puede irradiar de forma más dirigida el volumen tumoral, disminuyendo mucho la radiación de los tejidos sanos y, por ende, de la toxicidad". "En los últimos años, la renovación tecnológica en radioterapia ha sido espectacular. Curamos más y mejor", ha señalado.
En el caso del cáncer de mama la RIO se utiliza para tumores precoces, pequeños, sin ganglios y para pacientes que en su mayoría tienen edades superiores a los 50 años, en muchas de las cuales se les detecta el cáncer en los screening de mama. Además, con la única dosis de radioterapia intraoperatoria "disminuyen mucho" los efectos secundarios que puedan tener con la radioterapia externa, y si precisan reconstrucción oncoplástica durante la intervención, se la hace en ese momento el cirujano plástico.
Por su parte, el doctor Rodolfo Martín Díaz, ginecólogo de la Unidad de Detección Precoz de Cáncer de Mama, recuerda que en el año 2020 se diagnosticaron 34.000 nuevos casos, siendo su incidencia poblacional de 132 cada 100.000 habitantes, es decir, que 1 de cada 8 mujeres desarrollaron la enfermedad.
Señala además que el diagnóstico precoz del cáncer de mama, como de cualquier enfermedad neoplásica, "es la piedra fundamental hacia la curación del paciente", ya que detectar estos tumores en estadios iniciales pueden otorgar al paciente una sobrevida mayor al 95% a los 5 años y mayor al 90% a los 10 años.
El doctor Díaz indica que el cáncer de mama puede aparecer entre los 35 y 80 años, siendo más prevalente entre las mujeres de 45 y 65 años y destaca la importancia de realizar autoexploraciones y mamografías con el fin de detectar la enfermedad en estadíos tempranos.