Con el verano llega el momento de las chanclas y sandalias, un tipo de calzado que deja los pies desprotegidos y si no se les presta la debida atención, terminan deshidratados e incluso agrietados. Una buena rutina y ciertos remedios de urgencia, son las reglas para presumir de pies en época de calor.
Cómo afecta el verano a la sequedad de los pies
Del mismo modo que sucede en el resto del cuerpo, la piel de los pies sufre mayor deshidratación en esta época del año. El problema es que, aunque se enseñan a diario, no se les presta la misma atención que a las piernas, al escote o a la cara y en unos días lo que empieza siendo unos talones secos, termina por convertirse en una piel dura que comienza a agrietarse a causa de la presión. Caminar sin zapatos, el constante roce del calzado en el talón, los materiales de mala calidad y la ausencia de hidratación son factores añadidos que pueden agravar el problema.
Para evitar tener que ir escondiÉndolos puedes poner en práctica estos cinco consejos infalibles.
1. Hidratación como prevención
La mejor manera de prevenir las grietas es tener una rutina de higiene e hidratación diaria y mejor si se realiza antes de acostarse para que la piel se regenere durante el descanso. Es conveniente lavarse los pies con agua tibia, secarlos bien y aplicar cada noche una crema hidratante específica o aceite de argán, aceite de coco o manteca de karité. Una vez a la semana se recomienda eliminar la piel muerta mediante una exfoliación manual o mecánica, utilizar una crema nutritiva a modo de mascarilla y colocarse unos calcetines de algodón hasta que la crema se absorba por completo.
2. Evita los baños prolongados y los jabones duros
Un baño prolongado puede ser muy relajante, pero puede acabar con los aceites naturales de la piel, así que es mejor evitarlos si tu piel suele resecarse. Los jabones duros también favorecen la deshidratación de la piel por eso es mejor apostar por jabones superhidratantes y que no contengan alcohol.
3. Repara con limones
Las creamas reparadoras funcionan, pero si buscas una alternativa natural, tanto el jugo como la cáscara del limón tienen propiedades reparadoras, antioxidantes y ayuda a combatir la sequedad y la deshidratación de los talones. Se puede tomar la ralladura de la cáscara o el jugo para hacer una crema mezclándolos con vaselina o con glicerina. Otra opción es poner en remojo los pies en barreño con agua tibia y limón durante unos 10 minutos, luego se exfolian los talones suavemente y tras secarlos bien se aplica una crema nutritiva durante toda las noche.
4. Aliméntate para hidratar la piel
Los talones agrietados pueden ser consecuencia de una dieta pobre en ácidos grasos Omega 3. Si es necesario, se deben incorporar alimentos que los aporten como el pescado azul, las nueces o las semillas de chía. Las frutas, las verduras, los mariscos o el chocolate aportarán las vitaminas y minerales necesarios para una piel saludable.
5. Acude a una clínica de podología
Aunque lo normal es que con un tratamiento casero las grietas desaparezcan en unas semanas, en caso de no apreciar mejoría es recomendable visitar una clínica de podología para detectar cualquier tipo de patología. En cualquier caso, nunca utilices alicates en casa, debe ser el especialista quien elimine las durezas de la planta y de los talones y quien empiece el tratamiento de hidratación, que en verano debe ser más intensivo porque los pies no están protegidos.