Un equipo de científicos de varias universidades norteamericanas ha llevado a cabo una investigación que demuestra que los sonidos de la naturaleza como el canto de los pájaros o la lluvia al caer son beneficiosos para la salud.
La investigación, publicada en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, descubrió que las personas expuestas a este tipo de sonidos experimentaron menos estrés, mejor estado de ánimo y mejor rendimiento cognitivo. La Universidad de Carleton, la Universidad Estatal de Michigan, la Universidad Estatal de Colorado y el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos son los centros de procedencia de los investigadores que firman este hallazgo.
Dentro del carácter beneficioso de los diferentes sonidos, la investigación reveló que el agua es más efectiva para el pensamiento positivo mientras que los sonidos de los pájaros son buenos para el estrés. Para el estudio se registraron 251 grabaciones en 66 parques nacionales de Estados Unidos.
Rachel Buxton, una de las autoras principales e investigadora postdoctoral en el Departamento de Biología de Carleton, considera que el coronavirus nos ha recordado la importancia de la naturaleza en nuestra salud.
Además, tal y como señala Amber Pearson, otra de las autoras, los hallazgos de esta investigación demuestran que los sonidos naturales pueden reforzar la salud mental en contraste con el carácter dañino que para nosotros puede tener el ruido de las grandes ciudades.
La investigadora señala la importancia de que se lleven a cabo más investigaciones en este sentido para continuar averiguando la manera en la que los sonidos de nuestro entorno afectan a nuestra salud.
Los parques naturales de Estados Unidos están comenzando a reconocer la importancia sonora de los ecosistemas como valor inconfundible de sus entornos naturales. No obstante, en la investigación se pone de manifiesto el riesgo de que estos parques sean contaminados por el ruido externo producido por coches, maquinaria u otros sonidos externos al ambiente natural.
En este sentido, Kurt Fristrup, coautor del estudio y científico bioacústico del Servicio de Parques Nacionales, alerta de los obstáculos para acceder a estos paisajes sonoros.
En el país norteamericano existen muchos programas innovadores para aumentar la apreciación de los ciudadanos por los entornos acústicos, desde caminatas sonoras y excursiones donde el propósito principal es escuchar, hasta zonas tranquilas, donde los paisajes sonoros se mejoran al pedir a los visitantes que aprecien un parque en silencio. Junto con la gestión del ruido, estos medidas permiten a los visitantes una mayor exposición a los sonidos naturales y, por tanto, a sus beneficios para la salud.
Los resultados de este estudio, según las palabras de su coautora, Claudia Allou, contribuyen a visibilizar la importancia de conservar no sólo el entorno "visible" sino también el sonoro. George Wittemyer, otro de los autores del estudio, considera que la investigación reconoce un beneficio "poco reconocido" de la naturaleza.