Conoce el síndrome del intestino irritable o colón irritable
Entre un 10 y un 20 por ciento de la población en España sufre el síndrome del colon irritable
Los hábitos saludables y la reducción del estrés son clave para paliar sus efectos, por encima de la medicación
El síndrome del colon irritable o del colon irritable intestino irritable es un tipo de trastorno funcional del aparato digestivo muy frecuente en España. Tanto es así que su prevalencia oscila alrededor de un 10 a 20 por ciento de la población general. Hasta ahora no se conoce bien su fisiopatología, ni se dispone de un tratamiento farmacológico suficientemente eficaz contra esta enfermedad. Pero existen ciertas prácticas que pueden ayudar a paliar sus efectos y a mejorar la calidad de vida de quien lo padece. Además, resulta curioso el hecho de que sus síntomas (y su desaparición) tienen mucho que ver con los aspectos psicológicos del paciente: de hecho, los medicamentos suministrados a los pacientes de este síndrome como placebo funcionan a veces en tasas de hasta el 70 por ciento.
Te contamos qué es el síndrome del colon irritable y cómo actuar para evitar situaciones de malestar.
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¿Qué es el síndrome del colon irritable?
El colon irritable o síndrome del intestino irritable es una afectación gastrointestinal crónica con diversas manifestaciones clínicas, sin causa conocida clara, cuyos síntomas son el dolor e hinchazón abdominal, cambios intestinales y distensión abdominal, en ausencia de alteraciones estructurales, metabólicas o infecciosas. Afecta principalmente a mujeres y es más frecuente a partir de los 30 años.
Para que un profesional pueda identificar que efectivamente una persona sufre el síndrome del colon irritable (o para que tú mismo puedas aprender a identificar la posibilidad de que seas uno de sus afectados) deben cumplirse al menos dos de los siguientes criterios:
- Presencia de dolor abdominal recurrente durante al menos tres meses que se alivia con la defecación, o se acompaña de variabilidad en el número de deposiciones diarias y en la consistencia de las heces.
- Alteraciones de la defecación presentes al menos en el 25 por ciento de las ocasiones, incluyendo dos o más de los siguientes síntomas: alteración en la frecuencia defecatoria, alteración en la consistencia de las heces; alteraciones en la defecación (urgencia defecatoria o de esfuerzo; sensación de evacuación incompleta); o presencia de moco en las heces.
Otros criterios que pueden ayudar a identificar este síndrome son la distensión abdominal visible o la flatulecia.
Aun así, tu médico deberá excluir la existencia de otros procesos, por lo que deberá realizarse un examen fecal, una rectosigmoidoscopia y un test de tolerancia a la lactosa o ensayo terapeútico con dieta exenta en lactosa.
¿Cómo tratar el síndrome del colon irritable?
Curiosamente, en el caso del síndrome del colon irritable se da una altísima tasa de respuesta positiva a placebo (se ha observado una remisión duradera de la sintomatología hasta en un 30-65 por ciento de los casos). Ello sirve de apoyo a la importancia de los factores psicológicos subyacentes en el desencadenamiento de los síntomas.
Por tanto, valora que hay muchas cosas que puedes hacer tú mismo para reducir este tipo de efectos, entre ellos una adecuada alimentación, una reducción del nivel de estrés… Especialmente el consumo de fibra es clave para mejorar nuestro tránsito intestinal y aumentar la sensación de plenitud.
Por otro lado, el tratamiento farmacológico suele ser poco eficaz a largo plazo y las mejoras que presentan los pacientes suelen ser transitorias, algo que los expertos relacionan con la elevada tasa de respuesta a la administración de placebo que en algunos ensayos clínicos asciende hasta un 70 por ciento.
En cuanto a lo que tú puedes hacer para mitigar los síntomas del colon irritable, estos son algunos consejos:
- Aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra: pan integral, frutas con piel, verduras…
- Utilizar suplementos de Salvado de Trigo: 4 a 8 cucharadas al día, mezclados con líquidos o alimentos
- Llevar una dieta "pobre en grasas" y "rica en proteínas" (carnes y pescados)
- Comer despacio y masticar bien
- Evitar comidas copiosas: optar por ingestas más frecuentes y menos abundantes
- Evita los alimentos que notes que desencadenan o empeoran tus síntomas (los más habituales son especias, alcohol, tónica, sopas de sobre, cacao, derivados lácteos, quesos, yogurt, bollería, pasteles, helados, mantequilla…)
- Si lo que predomina es la diarrea, evita los derivados lácteos, el café, el té y el chocolate
- Evita las bebidas con gas y los alimentos flatulentos como la col, la coliflor, las habas, los garbanzos, las lentejas, las coles de Bruselas, las cebollas, los puerros, los guisantes, los frutos secos…
- Aumenta la ingesta de agua, sobre todo si predomina el estreñimiento
- Procura mantener un horario fijo de comidas e intente ir al baño aproximadamente a la misma hora y sin prisa, preferiblemente después del desayuno
- Realiza ejercicio físico, camina, nada…
- El dolor abdominal se puede aliviar aplicando calor local suave
- Evita el uso de laxantes
- Evita, en la medida de lo posible, las situaciones que te pongan nervioso o te estresen