Primeros síntomas del colon irritable: aprende a controlarlos cambiando tu estilo de vida

  • El síndrome de colon irritable es muy frecuente: lo padecen entre un 10 y un 20 por ciento de los españoles

  • Normalmente bastan ciertos cambios de estilo de vida para evitar sus síntomas: ejercicio, dieta sana, reducción del estrés...

  • Sus primeros síntomas incluyen cólicos, dolor abdominal, hinchazón, gases y alteraciones intestinales

¿Sabías que entre un 10 y un 20 por ciento de la población en España sufre el llamado síndrome del colon irritable o del intestino irritable? Se trata de una dolencia muy frecuente que afecta al aparato digestivo y cuyas causas no están del todo claras.

Sin embargo, sus síntomas sí se encuentran claramente establecidos y resultan fácilmente reconocibles, afectando normalmente a la calidad de vida de quien lo padece. El estrés, unos hábitos alimentarios nocivos, la falta de ejercicio físico... tienen mucho que ver con el control de esta enfermedad. Para que puedas actuar a tiempo, toma nota de cuáles son los primeros síntomas del colon irritable.

Estos son los primeros síntomas del colon irritable

La alta incidencia de este síndrome entre la población española es un buen motivo para interesarnos en cuáles son los síntomas del colon irritable: puede que los padezcas y los hayas naturalizado con el tiempo, o que no sepas que cambiar determinados hábitos de tu estilo de vida puede ayudar a evitar este tipo de malestar.

Hay que tener en cuenta que el colon irritable o síndrome del intestino irritable es una afectación gastrointestinal crónica que afecta al intestino grueso. Sus signos y los síntomas incluyen cólicos, dolor abdominal, hinchazón abdominal, gases y diarrea o estreñimiento (o ambos).

Así, este síndrome cuenta con diversas manifestaciones clínicas y no existe una causa conocida clara. Si sientes dolor e hinchazón abdominal, así como cambios intestinales y distensión abdominal en ausencia de alteraciones estructurales, metabólicas o infecciosas, es recomendable acudir a un profesional.

También puede ayudarte saber que esta enfermedad afecta principalmente a mujeres y es más frecuente a partir de los 30 años.

Para que un profesional pueda identificar que efectivamente una persona sufre el síndrome del colon irritable (o para que tú mismo puedas aprender a identificar la posibilidad de que seas uno de sus afectados) deben cumplirse al menos dos de los siguientes criterios:

  • Presencia de dolor abdominal recurrente durante al menos tres meses que se alivia con la defecación, o se acompaña de variabilidad en el número de deposiciones diarias y en la consistencia de las heces.
  • Alteraciones de la defecación presentes al menos en el 25 por ciento de las ocasiones, incluyendo dos o más de los siguientes síntomas: alteración en la frecuencia defecatoria, alteración en la consistencia de las heces; alteraciones en la defecación (urgencia defecatoria o de esfuerzo; sensación de evacuación incompleta); o presencia de moco en las heces.
  • Otros criterios que pueden ayudar a identificar este síndrome son la distensión abdominal visible o la flatulecia.

Aun así, tu médico deberá excluir la existencia de otras enfermedades, por lo que lo normal será que necesite pasar por un examen fecal, una rectosigmoidoscopia y un test de tolerancia a la lactosa o ensayo terapeútico con dieta exenta en lactosa.

Aunque no conocemos con detalle la fisiopatología del síndrome del colon irritable ni existe un tratamiento farmacológico suficientemente eficaz para combatirlo, sí existen prácticas que pueden ayudar a paliar sus efectos y a mejorar la calidad de vida de quien lo padece.

Uno de los hechos curiosos relacionados con el colon irritable es que sus síntomas (y su desaparición) tienen mucho que ver con los aspectos psicológicos del paciente: de hecho, los medicamentos suministrados a los pacientes de este síndrome como placebo funcionan a veces en tasas de hasta el 70 por ciento.

Aunque no existe tratamiento específico, los pacientes de síndrome del colon irritable presentan una muy elevada tasa de respuesta positiva a placebo (se ha observado una remisión duradera de la sintomatología hasta en un 30-65 por ciento de los casos). Por eso se cree que el factor psicológico tiene mucho que ver con su aparición y, a la vez, con su remisión.

La buena noticia es que esto nos deja un gran margen de actuación a nivel personal: llevar una alimentación equilibrada, marcar unos horarios claros para la ingesta de comida, hacer deporte, reducir tu nivel de estrés, beber suficiente agua… son gestos que te ayudarán a evitar o a reducir estos síntomas. Otro truco es el consumo de fibra, que mejorará tu tránsito intestinal y aumentará la sensación de plenitud.

Los suplementos de salvado de trigo, una dieta pobre en grasas, evitar comidas copiosas... también será de gran ayuda, así como permanecer atento a aquellos alimentos que desencadenen síntomas para así aprender a evitarlos o a dosificarlos. Especias, alcohol, tónica, sopas de sobre, cacao, lácteos, bollería, helados... son algunos de los más frecuentes.

Tal y como recuerda Mayo Clinic, el síndrome de colon irritable es un trastorno crónico que se tiene que controlar a largo plazo. Aun así, solo una pequeña cantidad de personas con síndrome de colon irritable sufre síntomas graves: en general, bastan ciertos cambios en la dieta, el estilo de vida y en el nivel de estrés para controlar estos síntomas pero, cuando son más graves, se pueden tratar con medicamentos y asesoramiento.