La complicación más común del covid-19 en adultos es la afectación pulmonar grave con insuficiencia respiratoria aguda, aunque en la mayoría de los niños y adolescentes queda en una afectación genérica leve que no deriva en intervención médica. Sin embargo, hay excepciones. Existe una conexión entre el coronavirus y una enfermedad grave denominada síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MISC-C). Esto supone importante complicaciones cardiovasculares en los más pequeños afectados por el virus y que se manifiesta a través de fiebre alta, elevación de los marcadores de laboratorio y disfunción multiorgánica.
En el conjunto de síntomas asociados a esta nueva patología se incluye la inflamación de las vías respiratorias y el rápido desarrollo de edema pulmonar, dilatación de las arterias coronarias, miocarditis, fallo cardiaco, arritmias y extensos cambios inflamatorios intraabdominales. Todos ellos han sido recogidos en el mayor estudio multicéntrico europeo que ha descrito los efectos cardiovasculares de la infección por covid-19 en niños y adolescentes y que ha sido coordinado por el Hospital Virgen del Rocío, según informa 'Diario de Sevilla'.
Los resultados de la investigación de mayor cohorte de pacientes pediátricos del mundo hasta la fecha han sido publicados por la revista mundial más importante en Cardiología, 'Circulation'. El doctor Israel Valverde, es jefe de Cardiología Pediátrica del Virgen del Rocío y el principal autor de dicho artículo, en el que también ha participado la unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del centro representada por su responsable, la doctora Elia Sánchez-Valderrábanos.
Las conclusiones obtenidas en este estudio europeo ayudan a conocer las manifestaciones cardiovasculares clínicas de esta nueva enfermedad pediátrica descrita tras la irrupción de la pandemia y optimizar su manejo terapéutico. El estudio también revela que los niños con síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico deben tener un seguimiento específico para descartar manifestaciones cardiovasculares como el shock, arritmias cardíacas, derrame pericárdico y dilatación de las arterias coronarias.
"Comparado con los adultos, la incidencia del covid-19 en los menores es baja, pero dentro de esos niños que se contagian la afectación cardiaca es frecuente. Muchos de ellos necesitan incluso ingreso y vigilancia de varios parámetros cardiovasculares que hay que monitorizar como es la dilatación de las arterias coronarias, la miocarditis, el fallo cardiaco o las arritmias. La buena noticia es que de toda la serie de los 286 pacientes estudiados casi todos sobrevivían, incluso aquellos que requerían ingreso en UCI", manifiesta el doctor.
Valverde explica que el resultado de este estudio tiene su origen a principios de este año cuando en diferentes hospitales de Europa se empezó a reportar una incidencia muy alta de niños que llegaban al hospital con fallo cardiaco. "Eran picos demasiado altos para la media habitual y, además, todo coincidió con la llegada de la pandemia del Covid, llegándose a sugerir una similitud con la enfermedad de Kawasaki de la que se llegó a hablar al principio. Nos encontramos así ante un nuevo síndrome que no comprendíamos bien y ante el que vimos la necesidad de poner en común las experiencias de todos los hospitales para que supiéramos a qué nos enfrentábamos y cómo había que tratarlo", subraya el doctor.
La conexión entre el covid-19 y esta nueva grave enfermedad radica en el hecho de que, tal y como han podido comprobar, el 65% de los pacientes con síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico estudiados tenían evidencia de infección previa con el SARS-CoV-2, ya fuera por la detección de una PCR positiva para el ácido nucleico del coronavirus o por la detección de anticuerpos IgM o IgG.
"El objetivo de este estudio ha sido describir todas las manifestaciones de este nuevo síndrome y, sobre todo, optimizar el tratamiento médico y guiar a los facultativos que se puedan enfrentar a esta nueva enfermedad para estar alerta ya que se trata de una afectación que no esperábamos en los niños y que nos pilló desprevenidos", afirma.
La incidencia máxima de este síndrome en Europa se registró justo antes del verano. Los investigadores han revelado que las manifestaciones cardiovasculares pueden aparecen de forma frecuente en una población que previamente era sana y con mayor frecuencia en niños menores de 1 ó 2 años y en los adolescentes. "Aunque puede afectar de manera similar desde el nacimiento hasta los 18 años", matiza el doctor.