Hace cerca de 100 años, concretamente en 1923, Jean Marie Joseph Capgras, un psiquiatra francés, pudo determinar la existencia de un síndrome hasta el momento desconocido. Fue bautizado como Sïndrome de Capgras. Quienes lo padecen presentan dificultades para reconocer a sus seres más queridos, dado que piensan que realmente no se trata de ellos sino de sus dobles.
El origen de este síndrome puede estar en la desconexión entre el mecanismo visual y la memoria afectiva. Los pacientes observan a sus más allegados, en cambio, no logran identificarles como tal y se confunden pensando que se trata de alguien muy parecido a ellos.
José Manuel García Montes, expresidente y socio de la Sociedad Española para el Avance de la Psicología Clínica y la Salud, explicó en Infosalus, que lo que les ocurre a los enfermos es que creen que sus conocidos han sido sustituidos por un impostor con el que guarda total parecido: "Aunque la persona con este trastorno reconoce físicamente al familiar en cuestión, considera que no es la misma persona desde el punto de vista psicológico".
No obstante, no es un síndrome muy común, aunque la posibilidad de padecerlo se incrementa con los años: "Se podría decir que es poco habitual en la población general. A medida que la edad aumenta es más fácil que aparezca, sobre todo si la persona padece previamente esquizofrenia o algún tipo de demencia", apuntó.
Actualmente se desconocen las causas que podrían provocarlo. Es cierto que existen varias hipótesis, pero por el momento ninguna de ellas ha sido establecida oficialmente. Se dice que podría deberse a la desconexión entre diferentes áreas cerebrales y, además, que podría estar directamente relacionado con la esquizofrenia. Los pacientes de alzheimer también podrían desarrollarlo, aunque en un porcentaje mucho más pequeño.
Por el momento no existe un medicamento que lo erradique. La forma de tratarlo es la toma de medicamentos farmacológicos dirigidos no al síndrome como tal, sino a las situaciones que provoca.