El fin de semana ha marcado el comienzo de la Semana Santa en Sevilla. Las procesiones han vuelto a las calles de la capital andaluza después de dos años. Con ellas también han regresado las habituales aglomeraciones. Pese a que sigue siendo obligatoria en exteriores sin distancia, pocos fieles han utilizado la mascarilla. "No escarmentamos", dice uno de los asistentes en relación con el coronavirus.
La responsabilidad no solo recae en la ciudadanía que ha ido a los pasos, sino también en autoridades políticas. Una de ellas es la expresidenta de Andalucía Susana Díaz. En mitad de una aglomeración ha repartido sin mascarilla abrazos y besos a conocidos. Tampoco la ha llevado el vicepresidente Juan Marín Lozano, que ha visto los pasos desde un balcón.
"Cuando hay gran confluencia de gente y concentración de muchas personas, yo creo que es razonable llevarla", ha expresado el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla. En su aparición, él sí la ha llevado. Según la estrategia nacional del coronavirus, la mascarilla sigue siendo obligatoria en exteriores en eventos multitudinarios sin distancia interpersonal entre los asistentes.
Algunos reconocen ser conscientes del riesgo. "Al final terminamos paseándola, deberíamos llevarla en estas aglomeraciones", explica un hombre que no la lleva puesta. Un joven, que la lleva con la nariz por fuera, asegura que "la gente que no tiene ganar de ponérsela no la va a llevar". Otros ponen como excusa el calor en Sevilla, que ha llegado a los 30 grados Celsius. "Con la cara tapada y el calor te puede dar algo", dice una mujer.
La incidencia acumulada a 14 días en mayores de 60 años es de 275 casos por 100.000 habitantes. Está en riesgo bajo, a 15 puntos de circulación controlada, según los niveles aprobados en la Comisión de Salud Pública.
La presión hospitalaria por coronavirus está en riesgo bajo con el 2,55% de las camas ocupadas. En las unidades de cuidados intensivos, la ocupación es del 2,64%, en nivel de circulación controlada. Los muertos semanales están en 43, con una tendencia a la estabilidad.