Para muchos son solo animales, pero quien tiene una mascota en casa sabe que en el momento en el que cruzó la puerta por primera vez se convirtió en uno más de la familia. El cariño, la protección mutua y la lealtad entre un humano y un animal no conoce límites, y ese vínculo puede ser tan fuerte que, al romperse, la salud mental de la persona se deteriora.
Esto es lo que ha demostrado un estudio de la Universidad Estatal de Washington. La investigación, que tuvo lugar entre 2020 y 2021, seleccionó a dos mil estudiantes de primer año, de los cuales 145 se habían separado de su mascota al independizarse para comenzar la universidad.
Un mes después del inicio del curso, 75% de ellos estaba experimentando algún nivel de ansiedad por la separación de sus mascotas, y un 25% sufría malestar de moderado a grave. Además, esa ansiedad estaba repercutiendo negativamente en su rendimiento escolar, pero también en su salud mental.
Los estudiantes que peor lo estaban pasando eran aquellos que identificaban a sus mascotas como amigas o parte de la familia y, por tanto, pasaban más tiempo con ellas, dormían junto al animal o les hablaban. También se encontró que quienes tenían perros, también experimentaban más malestar ante la separación que los estudiantes que habían dejado en su casa familiar a gatos, roedores u otras mascotas.
Finalmente, el estudio separó los efectos de la separación de la mascota de los problemas de salud mental previos. Es decir, da igual que tengas un trastorno psicológico o no, porque la ansiedad por separación de la mascota puede afectar a todos por igual cuando comienza la etapa universitaria.
Son muchos los profesionales que defienden el papel de los animales en nuestra salud mental. Entre ellos Manuel Lázaro, veterinario clínico y autor de la ponencia ‘Beneficios para la salud de la convivencia con mascotas’ que se realizó el 20 de octubre en Madrid con motivo de la quinta edición del Día de las Profesiones.
Lázaro proporcionó algunos datos muy relevadores sobre el papel de las mascotas en nuestra salud. Por ejemplo, que tras un ataque cardíaco las personas con mascotas tienen un 33% menos probabilidades de fallecer, que las intervenciones con animales son muy prometedoras para el tratamiento de adolescentes conflictivos, o que la terapia asistida con perros ayuda a reducir el miedo en niños ingresados en unidades de emergencias pediátricas.
También señaló que durante el confinamiento tener una mascota reducía la sensación de aislamiento y soledad, siendo un factor protector frente al estrés y la ansiedad provocados por el coronavirus. Concretamente, el 73% de las personas con mascotas afirmó que convivir con su perro o gato le ayudó a lidiar con el impacto psicológico de la pandemia.
Porque los gatos también aportan beneficios a nuestra salud mental. En el año 2009 se publicó el primer artículo que ponía en relación la convivencia con un gato y la salud mental, en el Journal of Vascular and Interventional Neurology. En el vídeo puedes ver cómo vivir con un gato puede afectarnos positivamente:
Si vas a empezar la universidad, vuelves a trabajar presencialmente o has roto con tu pareja y teníais mascotas, pero ya no podrás pasar tanto tiempo con ellas, es importante cuidar tu salud mental.