Las Navidades son tiempo de tranquilidad, fiesta y diversión, pero también de preocupación. Son muchas las personas que durante todo el año mantienen una relación de restricción con la comida y cuando llega diciembre anticipan las cenas navideñas, sufriendo mucho malestar y compensando los excesos. Ese es el caso de Verónica, una joven de 23 años que en su adolescencia fue diagnosticada de bulimia nerviosa y aunque a día de hoy está prácticamente recuperada, reconoce que estas fechas son difíciles.
“Hay un momento crítico todos los años”, relata, “y es la Navidad”. Verónica estudia fuera y en estas fechas vuelve a casa para pasar tiempo con su familia, pero le resulta inevitable evitar la culpabilidad y el miedo a los alimentos hipercalóricos. “En Navidad se come más y se come con gente, pero me resulta muy difícil verlo como algo normal, divertido o excepcional”.
A la dificultad para disfrutar de las comidas y cenas navideñas se suma el impacto de las redes sociales. “No sigo ninguna cuenta de alimentación ni de ejercicio porque me obsesiono mucho, pero tengo amigos que sí y a veces comparten cosas. También me salen en las sugerencias de Instagram. El año pasado en Navidad fue un acoso y derribo. Recetas navideñas sin calorías, trucos para bajar de peso, conductas compensatorias… Lo ves desde fuera y parece inofensivo, pero muchas de esas cosas eran propias de un TCA (Trastorno de la Conducta Alimentaria)”, nos explica.
Identificar un problema relacionado con la alimentación no es fácil, pero si sospechas, es recomendable estar más alerta durante estas fechas ya que pueden aflorar ciertas 'red flags' o señales de que algo va mal:
1. Antes de una cena o comida con amigos o familia te preocupa que los alimentos sean muy calóricos.
2. Evitas tentaciones como turrón, polvorones y chocolatinas e incluso le pides a tu familia que las escondan o no las compren.
3. En algún momento has sufrido algún atracón, comiendo de forma voraz hasta sentirte desagradablemente lleno.
4. Como anticipas que vas a comer más de la cuenta, estás a dieta antes de Nochebuena y Nochevieja.
5. Después de las comidas o cenas navideñas intentas compensar los excesos: ayunas o haces mucho ejercicio.
6. Evitas planes porque va a haber comida calórica.
7. Si comes algo muy calórico y no estaba tan bueno como pensabas te sientes muy culpable, como si hubieses perdido una oportunidad que no puedes recuperar.
“Este año estoy intentando ser más flexible, pero me da miedo tener una recaída”, confiesa Verónica. Para evitarla, está siguiendo varias recomendaciones que en otros momentos le han ayudado: