Lo hace en plena batalla entre algunas CCAA y el Gobierno por el uso de AstraZeneca como vacuna predilecta como segunda dosis. De hecho, en lugares de Andalucía no se firman siquiera consentimientos y el gobierno de la Junta apoya el uso de AstraZeneca como segunda dosis. En Murcia también arrasa y en Galicia también.
En Bilbao, ante el miedo a no tener suficientes dosis ha decidido que los que quieran una segunda dosis de AstraZeneca tendrán que esperar. Los que la reciben ahora son los que apuestan por Pfizer. En este contexto, fuentes del Ministerio de Sanidad han confirmado los datos de los eventos trombóticos asociados a la vacuna de AstraZeneca que se han producido desde que se inició la campaña de vacunación en España.
Cuatro personas han muerto por los efectos de la vacuna de Oxford. Un quinto caso está en estudio. Otros 15 también han sufrido trombos de distinta gravedad. El primer caso se conoció el lunes 15 de marzo, cuando la ministra de Sanidad, Carolina Darias, anunció que se suspendía la vacunación con AstraZeneca por los efectos de trombosis venosa detectados en algunos países. Reconocía entonces la ministra que en España se había detectado un caso. Poco después llegaron los siguientes, entre ellos está el de una profesora que murió a los 10 días de haber sido vacunada, por un ictus isquémico.
El Ministerio de Sanidad cree que el momento actual del proceso de vacunación, centrado cada vez en grupos más jóvenes, es crítico, por lo que ha llamado a las comunidades a dar un mensaje único sobre las vacunas porque, según avisa, lo contrario genera una incertidumbre que pone en peligro la campaña.
Fuentes del departamento que dirige Carolina Darias admiten que en las últimas semanas se ha producido un "gravísimo problema" de comunicación en torno a la segunda dosis de la vacuna de AstraZeneca al dar a entender que era una cuestión de elección o preferencia para los menores de 60 años.
Pero no: lo decidido por la Comisión de Salud Pública la semana pasada es que a los que ya han recibido un primer pinchazo del suero anglosueco se les administre un segundo de Pfizer; un día después, el Consejo Interterritorial abrió la opción a que solo aquellos que lo rechacen, se les dé Vaxzevria (nombre comercial de AstraZeneca) bajo firma de un consentimiento informado.
La razón de completar la pauta a las personas de menos de 60 años con Pfizer es una: evitar los poco frecuentes, pero graves, casos de trombos con trombocitopenia (bajada de plaquetas) asociados a este fármaco y que en Europa se han saldado con una letalidad del 20 por ciento.
En España hay 20 casos confirmados o sugerentes (de los que hay sospechas), que supone el 0,5 % por cada 100.000 dosis; de ellos, han fallecido 4 y hay un quinto en estudio.
La frecuencia de estos casos aumenta según desciende la edad: 14 episodios por millón de personas de 30 a 39 años, 12 en el tramo 40-49 años y a solo 2 en el de mayores de 60.
Dando Pfizer, argumentan las fuentes, se garantizan los beneficios sin exponer a riesgos en un momento en el que hay disponibilidad de vacunas y se evitaría una muerte por cada millón de vacunados; por supuesto que AstraZeneca es segura y eficaz, pero en este contexto en el que hay otras opciones había que poner en la balanza si se daba a personas jóvenes. Además, no es la primera ni será la última vez en que se apuesta por pautas heterólogas combinando distintas marcas, ya que se hace para enfermedades como el ébola, el neumococo, el papiloma o el herpes zoster.
Y, además, la apuesta en Europa por las vacunas de ARNm, como Pfizer o Moderna, y las de proteína como será Novavax, es obvia por su mayor capacidad de adaptación y efectividad ante las variantes, con lo que Sanidad apunta a que, con toda probabilidad, muchas de las personas vacunadas con adenovirus como son AstraZeneca y Janssen acabarán recibiendo una dosis de las otras.
El estudio CombiVacs impulsado por el Instituto de Salud Carlos III que demostró la eficacia y seguridad de mezclar AstraZeneca con Pfizer fue una ayuda más en la toma de decisión; en Sanidad lamentan las críticas que ha recibido este ensayo, realizado en más de 600 voluntarios vacunados con AstraZeneca, 400 de los cuales recibieron la inyección de Pfizer.
Sí reconocen que le faltaba el brazo de comparar los resultados con una pauta completada con AstraZeneca, algo que no descartan que el ensayo haga en el futuro, que ha suscitado gran interés en la EMA (Agencia Europea del Medicamento, por sus siglas en inglés) y que ayer fue presentado en Canadá.
También censuran que, pese al acuerdo alcanzado en el Consejo Interterritorial de la semana pasada, desde varias comunidades se esté instando a los menores de 60, casi dos millones de trabajadores esenciales que recibieron su primera dosis entre febrero y abril, a completar su inmunización con Vaxzevria.
El Ministerio no puede aún confirmar si la mayoría de esas personas que ya han empezado a recibir su segunda dosis han preferido repetir con este preparado, ya que todavía se han administrado muy pocas, en algunas comunidades de manera "casi testimonial" con apenas 10 pinchazos el pasado lunes. De lo que sí están convencidos en Sanidad es que el acuerdo alcanzado por el Ministerio y las comunidades hay que cumplirlo, porque lo contrario demuestra una falta de madurez que pone en riesgo el futuro del proceso.
Porque lo contrario solo hace trasladar incertidumbre a la población, que al final es la gran perjudicada, poniendo así en peligro la campaña de vacunación en un momento en el que está bajando la edad de la población a inmunizar -que tiene una percepción del riesgo menor-, y que se une con una mejora de los indicadores epidemiológicos que invitan a bajar la guardia.
De hecho, las fuentes recuerdan que los casos están descendiendo en mayores de 50 pero aumentando en los menores de esas edad, por lo que, insisten, ahora es momento de centrarse en un mensaje único que no genere más confusión.