Las vacaciones de verano han acabado y los españoles nos hemos visto obligados a afrontar un nuevo reto: retomar la antigua normalidad tras la pandemia. Los avances en el proceso de vacunación han provocado que las mascarillas pasen a mejor vida, al menos en exteriores, y es que son muchos los ciudadanos que guardan este trozo de tela en sus bolsillos reservando su uso únicamente para tiendas, supermercados, autobuses o espacios interiores públicos. Sin embargo, no todos están preparados para volver a vivir la vida tal y como era antes del coronavirus.
Novatadas universitarias, terrazas hasta los topes, botellones… Abres los stories de Instagram y tus amigos están dándolo todo mientras tú estás en tu casa con la manta tapándote hasta el cuello y devorando 'El Juego del Calamar' en Netflix. No sólo te da un poco de miedo volver a salir de fiesta, sino que te da pereza. Pero, ¿eres raro o hay algo mal en ti por preferir la comodidad del sofá a bailar hasta las tres de la mañana?
Tras casi dos años de pandemia y restricciones, nos hemos tenido que adaptar a la fuerza a las nuevas circunstancias. Sin poder salir de casa y con la mayoría de establecimientos cerrados, priorizamos otro tipo de entretenimiento más íntimo.
“Al final te toca acostumbrarte a otras cosas para no morir del asco”, relata Aaron, de 26 años. “Mi novia y yo empezamos a hacer noches de cine, pero currándonoslas. No era poner una peli y ya. Primero proponíamos varias películas cada uno. Diseñamos una especie de cartel de cine que quedó muy chulo. Luego elegíamos una al azar, y mientras se descargaba hacíamos la cena. Hamburguesa, nachos y palomitas. Y luego ya veíamos la película pero con las luces apagadas, sin móviles y sin pausar. Era como ir al cine. Este año le regalé un proyector por Reyes para no perder la costumbre, aunque se acabase la pandemia”, comparte con Yasss. “Le hemos cogido el gusto y hay muchos sábados que preferimos este plan a salir”.
No solo hemos creado pequeños cines en las cuatro paredes de nuestro salón. También hemos construido pequeñas ludotecas, y es que la venta de juegos de mesa aumentó un 18,3% durante el 2020 en España según los datos de la consultora NPD. Los viejos clásicos como el Monopoly, el Trivial o el Cluedo comenzaron a competir con el Virus, el Catan o el Virus. En otras palabras, quedarse en casa no era sinónimo de aburrimiento y, en consecuencia, el hobby de los juegos de mesa se ha mantenido tras la pandemia.
Al cambio de ocio se suma el cambio de biorritmo que hemos sufrido muchos españoles. Antaño, al salir de fiesta durante el fin de semana te veías obligado a trasnochar y te despertabas al día siguiente a las doce del mediodía con suerte. Durante 2020 esto era imposible porque, aunque quisiéramos, el toque de queda nos obligaba a volver a casa a las ocho de la tarde en algunas comunidades autónomas o, como muy tarde, las once de la noche en grandes ciudades como Madrid.
“Yo creo que muchos nos hemos acostumbrado a dormirnos pronto. El otro día quedé con mis amigos para tomar algo y real que a la una estábamos para el arrastre. Si es que algunos hasta se estaban quedando dormidos”, comparte entre risas Paloma, de 21 años.
Como vemos, salir de fiesta ya no es una obligación. Han surgido otros planes que nos han hecho valorar más el ocio indoors e intimista en detrimento de la fiesta colectiva.
Preferimos la comodidad del hogar a estar pasando frío fuera de casa (o calor dentro de la discoteca) rodeados de desconocidos y agobiándonos por la distancia social. Preferimos gastar 15 euros en preparar una cena nosotros mismos a gastarlos en una copa aguada. Preferimos hablar con nuestros amigos sin necesidad de gritar porque la música está demasiado alta.
Por otro lado, nos hemos vuelto más resistentes a la presión social. Ya no nos sentimos en la obligación de salir de fiesta para quedar bien y somos más tolerantes con las necesidades de los demás. Si alguien no quiere beber alcohol, pasa de quedarse hasta las cinco de la mañana dándolo todo o no le apetece ir de cañas, no se le presiona ni se le juzga con la dureza con la que se hacía hace dos años.
Así que keep calm si te da pereza salir de fiesta. No estás solo, no eres un aguafiestas y no tienes que obligarte a disfrutar de algo que en realidad no te gusta.