El óxido de etileno tiene efectos graves también sobre el organismo humano. Pero respirarlo a bajos niveles, como puede haber ocurrido en Tarragona donde se ha reaccionado con celeridad, puede provocar irritación de ojos, piel y vías respiratorios. Otros síntomas pueden ser dolor de cabeza, náuseas, vómitos, pérdida de la memoria o adormecimiento. Se pueden tener accesos de tos e incluso vómitos. En contacto con la piel, el gas puede provocar enrojecimiento de piel o sensación de quemazón. También puede provocar visión borrosa. La exposición muy prolongada en el tiempo puede estar relacionada con la aparición de algunos cánceres, como linfoma o leucemia. No es el caso de lo que ha ocurrido en Tarragona.
Sí lo sería si ha habido trabajadores expuestos a él. En los estudios a gran escala sobre los trabajadores expuestos al óxido de etileno en las plantas que producen esta sustancia o en las salas de esterilización de equipos de los hospitales, se ha observado un aumento del índice de casos de leucemia, cáncer de estómago, cáncer de páncreas y de la enfermedad de Hodgkin. También se ha demostrado que el óxido de etileno causa cáncer en los animales de laboratorio. En estos animales se han detectado leucemia, tumores en el cerebro, en los pulmones y en las glándulas lagrimales.
Solo en grandes concentraciones puede producir cataratas, y solo en exposiciones repetidas pueden producir dermatosis alérgicas, siendo éstas poco frecuentes. IQOXE, la empresa en la que se ha producido la explosión que habria ocasionado la muerte de una persona y provocado al menos ocho heridos por quemaduras y centra su actividad en la producción y venta de óxido de etileno. La empresa es el único productor de Óxido de etileno en la Península Ibérica siendo la única compañía con capacidad para abastecer de forma continuada la demanda nacional. Está integrada con otras empresas del polígono petroquímico, mediante red de tuberías. La mayor parte de las materias primas se reciben de este modo, así como se envía gran parte del óxido de etileno fabricado. Alrededor de la mitad del óxido de etileno fabricado se vende como tal a clientes o se emplea en la fabricación de PEGs, etoxilados o polioles en las plantas de derivados en IQOXE. El resto del óxido de etileno se transforma a glicoles en IQOXE.
El óxido de etileno (también conocido como ETO u oxirano) es un gas inflamable de aroma más bien dulce, que se disuelve con facilidad en el agua, el alcohol y la mayoría de los solventes orgánicos. El óxido de etileno se produce en grandes cantidades y se utiliza para elaborar otras sustancias químicas, especialmente el etilenglicol, una sustancia que se usa en la producción de anticongelantes y el poliéster. La mayoría del óxido de etileno se utiliza en las fábricas donde se produce. Una muy pequeña cantidad (menos del 1%) se utiliza para controlar los insectos en ciertos productos agrícolas almacenados, como frutos secos y especias.
El óxido de etileno también se usa en muy pocas cantidades en los hospitales para esterilizar los equipos y materiales médicos. Cuando se produce o utiliza esta sustancia, parte del gas es liberado al aire y al agua. Si entra al aire, la humedad y la luz solar hacen que se descomponga a los pocos días. En el agua, el óxido de etileno se descompondrá o será destruido por las bacterias en pocos días.
El óxido de etileno puede ingresar al cuerpo y llegar hasta los pulmones si está presente en el aire que se respira. Debido a que se evapora fácilmente, es poco probable que el óxido de etileno permanezca en el cuerpo, o permanezca en los alimentos o disuelto en el agua por tiempo suficiente como para ingerirlo; de todos modos, no se sabe con certeza. Tampoco se sabe si el óxido de etileno puede ingresar al cuerpo a través de la piel.
Luego de una exposición al óxido de etileno, esta sustancia sale del cuerpo por la orina, las heces o al exhalarla. Esto probablemente ocurre de manera muy rápida, quizás en 2 ó 3 días.