Las medidas de protección contra el coronavirus abarcan múltiples frentes: respetar la distancia mínima interpersonal recomendada, lavarnos constantemente las manos, mantener una estricta cuarentena… A pesar de todas estas técnicas, aún hay acciones en nuestra vida diaria que pueden poner en peligro para nuestra salud.
Las búsquedas de Google evidencian las dudas de muchos de sus usuarios sobre cuál es el riesgo real de contagiarnos en hechos cotidianos como hablar por el móvil o recibir paquetes por correo. Para entender mejor esta cuestión debemos atender a lo que la ciencia ha reportado sobre la durabilidad del virus sobre determinadas superficies (en este caso, la de un paquete o un teléfono móvil).
La revista médica New England Journal of Medicine publicó hace una semana que el SARS-CoV-2, el virus que provoca la enfermedad conocida como Covid-19, es más estable en plástico y acero inoxidable que en cobre y cartón, y llegó a detectar un virus resistente hasta 72 horas después de aplicarlo en estas superficies. Esta no obstante puede ser una subestimación, ya que el virus puede sobrevivir incluso más tiempo en estas superficies, dependiendo de las condiciones.
Pese a ello, el hecho de que los virus sean más resistentes en el plástico es algo preocupante y significa que el virus podría potencialmente permanecer durante días en nuestros teléfonos móviles. Algo más complicado de determinar sería la manera en la que nuestro dispositivo podría portar el virus, si bien es una herramienta en contacto con todo tipo de superficies cuya composición nos es completamente desconocida.
Técnicamente, sería posible recibir un paquete por correo que que esté contaminado con el virus de algún intermediario contagiado que haya manipulado el mismo. Sin embargo, si atendemos al estudio de New England Journal of Medicine, el riesgo de contagio es muy bajo porque se cree que el tiempo de supervivencia en el cartón es de alrededor de un día.
Además, a diferencia de las superficies de plástico, el cartón es poroso. Esto supone que las pequeñas gotas de saliva del hipotético contagiado penetrarían en el material, dificultando la transmisión a nuestro organismo cuando recojamos el paquete.
Así pues, para eliminar o reducir al máximo la posibilidad de contagio, lo más importante es recordar las recomendaciones de las autoridades sanitarias y extremar las medidas de higiene en nuestra día a día. Limpiar nuestro teléfono móvil, por ejemplo, puede ser una de las medidas más recomendables a seguir.
A no ser que contemos con un móvil resistente al agua, la humedad debe ser eliminada a la hora de limpiarlo, pues podría interferir con el funcionamiento del dispositivo. Por lo tanto es desaconsejable usar limpiadores en aerosol, productos químicos de limpieza o sumergir el teléfono en cualquier tipo de líquido.
Las propias marcas apuntan a las toallitas con alcohol isopropílico al 70% como los accesorios más adecuados para limpiar los dispositivos. También bastaría con limpiar la superficie con un paño suave y limpio humedeciendo la esquina con agua, teniendo cuidado de que ésta no entre por las aberturas del aparato.