¿Hemos desarrollado inmunidad a ciertos medicamentos? ¿Somos solo inmunes a los antibióticos o hemos desarrollado procesos similares en relación a otras sustancias? ¿Qué dice al respecto la Organización Mundial de la Salud (OMS)? Lo cierto es que esta institución, organismo especializado de las Naciones Unidas, ya ha advertido sobre los efectos de la antibioresistencia (el hecho que algunas bacterias se vuelven resistentes a los antibióticos), que califica como “una amenaza”. Así, en ausencia de nuevos antibióticos para hacer frente a este problema, la OMS teme que el mundo se encamine hacia una era en la que las infecciones comunes puedan volver a causar la muerte.
En concreto, dos estudios publicados por la OMS en los últimos años dedicados específicamente a este problema aseguran que la falta de nuevos antibióticos amenaza la lucha contra la propagación de las bacterias resistentes a los medicamentos, que matan cada año a decenas de miles de personas. "La amenaza de la resistencia a los antimicrobianos nunca fue tan inmediata y la necesidad de soluciones más urgentes", en declaraciones del director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
En este sentido, “hay muchas iniciativas en marcha para reducir la resistencia, pero también necesitamos que los países y la industria farmacéutica se involucren más y aporten fondos sostenibles y nuevos medicamentos innovadores”. Según la Organización, aproximadamente 33.000 personas mueren cada año en Europade una infección resistente a los antibióticos, según datos europeos, mientras que en Estados Unidos los fallecimientos se estiman en cerca de 35.000.
Los antibióticos se descubrieron en la década de 1920, y, desde entonces, han logrado salvar decenas de millones de vidas. Constituyen una respuesta eficaz contra enfermedades bacteriológicas como la neumonía, la tuberculosis y la meningitis.
Sin embargo, tal y como explica la OMS, “a lo largo de las décadas, las bacterias se modificaron para resistir estos medicamentos”. Así, las bacterias pueden volverse resistentes cuando los pacientes utilizan antibióticos que no necesitan, o no terminan su tratamiento, dando así a la bacteria la oportunidad de sobrevivir y desarrollar inmunidad.
Para contrarrestar esta resistencia, la OMS pide el desarrollo de nuevos antibióticos, pero este proceso es complicado y costoso. Según la OMS, se están desarrollando 60 nuevos medicamentos, incluidos 50 antibióticos. Otros medicamentos más innovadores se encuentran en la etapa de los ensayos preclínicos. A ello se suma que, de los 252 últimos medicamentos, los más avanzados no estarán disponibles hasta dentro de unos diez años.
La culpa del desarrollo de esta resistencia por parte muchas bacterias se encuentra en el “peligroso aumento del consumo de antibióticos en algunos países, pero también del bajo consumo en otras regiones, lo que puede conllevar el surgimiento de ‘superbacterias’ mortales”, tal y como explica la OMS.
Así, según datos de 2015 recolectados en 65 países y regiones, existe una importante diferencia de consumo entre naciones, que va de 4 dosis diarias definidas (DDD) por cada 1.000 habitantes al día en Burundi a más de 64 en Mongolia.
"Estas diferencias indican que algunos países consumen probablemente demasiados antibióticos mientras que otros tal vez no tienen suficiente acceso a estos medicamentos", señaló la OMS en un comunicado. De esta forma, “la resistencia puede desarrollarse cuando los enfermos no pueden pagarse un tratamiento completo o solo tienen acceso a medicamentos de calidad inferior o alterados".
En Europa, el consumo medio de antibióticos -en cifras de 2015, las últimas disponibles- es aproximadamente de 18 DDD por 1.000 habitantes al día. Turquía lidera la lista (38 DDD), es decir cerca de 5 veces más que el último de la clasificación, Azerbaiyán (8 DDD).