La falta de personal está obligando al Ministerio de Sanidad a estirar y doblar las normas para permitir que el máximo de sanitarios puedan estar al pie del cañón. En estos momentos, avala que los profesionales que hayan tenido síntomas de coronavirus vuelvan a los turnos una semana después de haberlos superado y trabajen con mascarilla
El colectivo, que está siendo el más afectado por su contacto diario con los pacientes, lo vive entre la negación y la resignación. A la puerta de los hospitales se escuchan muchos "es lo que hay" o "es lo que toca" ante estas medidas, pero hay otros que tienen claro que "lo ideal sería tener una PCR negativa".
O lo que es lo mismo, que hubiesen dado negativo en el test rápido antes de volver porque afirman que "si no esto no se va a parar nunca". Una queja que comparten los sindicatos médicos. Para Encarna Abascal, portavoz de C-SIF, este aval provoca que "se siga promoviendo el contagio entre pacientes y profesionales".
Desde estas organizaciones piden al Gobierno más contrataciones para suplir estas bajas. De los 50.000 prometidos, solo se han incorporado 7.000. En estos momentos, el ministerio de Salvador Illa trabaja para rebajar las condiciones de contratación y facilitar que, por ejemplo, médicos de fuera de la UE puedan trabajar.