El Hospital Marqués de Valdecilla reaccionó al coronavirus antes que nadie. Estuvo alerta desde el primer momento y al ver lo que ocurría en Italia logró que a su gente no le faltara material. Sabía que iba a ser codiciado. El director gerente del Hospital Marqués de Valdecilla, Rafael Tejido cree que "nadie sabe" cómo evolucionará la COVID-19 en los próximos meses, pero sí es rotundo en que hay que buscar "una política completamente distinta" para la provisión de equipos de protección individual (EPI) y trabajar para que nunca más un enfermo esté aislado. En una entrevista con Efe, Rafael Tejido repasa la lucha contra la COVID-19 de los 5.700 trabajadores del primer hospital de Cantabria, que tuvo que destinar once plantas solo a pacientes con coronavirus, llegó a tener 56 UCI- y triplicó la llegada de enfermos a Urgencias, todos ellos con el virus.
Tejido ve con "orgullo" la respuesta de los profesionales de Valdecilla porque el hospital se preparó a finales de enero, acopió epis, creó circuitos de asistencia solo para pacientes con coronavirus y cerró todas las consultas y los servicios que pudo. La COVID-19 infectó a solo un 2 por ciento de su personal (100 trabajadores), no generó ningún contagio de enfermo a enfermo ni colapsó las urgencias, ni los cuidados intensivos ni las plantas de hospitalización. Ser médico internista quizá fue "un plus" para la gestión que Rafael Tejido ha tenido que asumir ante esta crisis que le llevó a crear en enero, antes de que el virus se detectara en Europa, una comisión con veinte especialistas de todas las áreas y liderada por los responsables de neumología, infecciosas y medicina interna. Ojalá la previsión hubiera sido generalizada en esas fechas donde aún se hablaba de gripe.
Cuando el 20 de febrero Rafael Tejido vio en la televisión lo que comenzaba a ocurrir en los hospitales de Italia, reactivó esa comisión, pidió a los jefes de servicio que recopilaran todas las epis de todos los puestos del hospital para almacenarlas y comenzaron a organizar talleres para ponerse y quitarse bien esos equipos. Hasta 2.400 acciones formativas sobre epis ha organizado este hospital santanderino durante los últimos meses, porque esos equipos son, según su director, "la clave" para que los profesionales no se contagien y serán también la del futuro, tanto para la COVID-19 como para un "virus X".
Casi 44.000 mascarillas, más de 350.000 guantes, 1.600 batas o mil litros de solución hidroalcohólica consume este hospital en una semana, por lo que Tejido insiste en la necesidad de "una política completamente distinta de epis", buscando un abastecimiento continuo para los hospitales con proveedores habituales o empresas locales, que sean "muy fieles".
Rafael Tejido asegura que "ha sido una locura" intentar proveerse en el mercado mundial durante una pandemia en la que la competencia son hospitales de Estados Unidos o Alemania, cuando "claramente" la solución a esas epis está "a pie de casa". "Si vas a competir en un mercado mundial, con una pandemia, lo tienes claro", advierte.
También apuesta por "disminuir el tiempo de respuesta" en los test diagnósticos que permita una clasificación más rápida de los pacientes en las Urgencias, porque reconoce otro "éxito" de Valdecilla el haber realizado test a todos los enfermos que han entrado en el hospital cuando la COVID-19 ya "asolaba" otros centros. El hospital cántabro cuenta ahora con un estación robotizada para pruebas PCR que permite realizar hasta 2.400 al día y tener los resultados en menos de las cuatro horas que se tarda ahora, aunque el centro ya llevaba a cabo más de mil test diarios a pacientes y profesionales, que han evitado los brotes en el hospital. Sin embargo, a pesar de la previsión y los circuitos asistenciales que impidieron los contagios entre enfermos, el director gerente de Valdecilla reconoce que la COVID-19 "sorprendió" a todos los profesionales, cuyos momentos más duros fueron los vividos con pacientes y familiares, por la falta de comunicación directa.
Rafael Tejido es rotundo al afirmar que hay que buscar soluciones "para impedir el aislamiento de los pacientes y considera que si vuelve un rebrote o se produce cualquier otra enfermedad infecciosa, se debe permitir que los enfermos estén acompañados de sus familias. Pide también "soluciones" para que los profesionales puedan comunicarse con los pacientes porque ante esta pandemia han sido "más astronautas que otra cosa". Los enfermos no les veían, no les oían y eso -a su juicio- no se puede repetir. Tejido ha sido médico internista durante toda su carrera, en atención a pacientes con enfermedades infecciosas, y asegura que los equipos para la lucha contra la COVID no los había visto hasta ahora.
Por eso, pide "evitar la barrera" que suponen esos epis, necesarios para combatir esta pandemia, y propone la instalación de cámaras en las habitaciones, que puedan controlarse desde enfermería y otras áreas de trabajo para ver y hablar con los pacientes y que ellos puedan también comunicarse. El Hospital de Valdecilla "estuvo preparado" para la COVID-19, que podría volver en diciembre o enero, con más fuerza que ahora, calcula Tejido, que ve "importante" la vacuna contra esta enfermedad, pero asegura que más lo es desarrollar "nuevos y potentes fármacos antivíricos para el coronavirus, pero también para el virus X que nos puede llegar"