Los adenovirus son un grupo de virus que pueden infectar las membranas, es decir, los tejidos de revestimiento, de las vías respiratorias, los ojos, los intestinos, las vías urinarias o el sistema nervioso. Son causa frecuente de los resfriados, la conjuntivitis, la bronquitis, la pulmonía o la diarrea. Y, como se ha descubierto, un tipo de adenovirus, el F41, estaría detrás del actual brote de hepatitis infantil aguda.
Los adenovirus, que se transmiten principalmente por contacto de persona a persona, por gotitas respiratorias y por contacto con superficies contaminadas, pueden ocurrir en cualquier época del año. Aunque estas infecciones se dan en todas las edades, son más frecuentes en los bebés y en los menores de 10 años. En cuanto a los adultos, los mayores candidatos son las personas con sistemas inmunitarios débiles.
Los signos de las infecciones por adenovirus varían en función de cuál sea el tipo de adenovirus y la parte del cuerpo afectada, siendo los síntomas de las infecciones respiratorias de las vías superiores los más frecuentes. Entre ellos, dolor de garganta (faringitis), moqueo o congestión nasal (rinitis), tos, infección de oído, conjuntivitis y fiebre.
Algunas cepas de adenovirus causan infecciones en el estómago y en el tracto gastrointestinal. Esto puede provocar diarrea, calambres abdominales y otros síntomas de gastroenteritis. Otros pueden tener una infección de la vejiga, lo que provocará dolor al orinar y sangre en la orina.
Los síntomas de las infecciones por adenovirus son parecidos a los de otras muchas infecciones. Si una persona tiene una infección grave, los médicos pueden hacer pruebas usando sus secreciones respiratorias o conjuntivales, o bien una muestra de sangre, de heces o de orina para confirmar el diagnóstico.
Los médicos también realizan pruebas para detectar adenovirus cuando sospechan que se ha declarado un brote de este tipo de infecciones.
No existe un tratamiento médico específico para las infecciones por adenovirus y los antibióticos no funcionan. La mayoría de las infecciones por adenovirus mejoran por sí solas. El tratamiento en casa incluye descansar mucho, beber suficientes líquidos y usar paracetamol para tratar la fiebre.
Los bebés y los niños pequeños que tengan vómitos y diarrea y no puedan beber suficiente líquido pueden necesitar tratamiento para la deshidratación. Los síntomas suelen aparecer de dos días a 15 días después de exponerse al adenovirus y la mayoría de las infecciones duran desde unos pocos días hasta una o dos semanas.
Debe llamar a su médico si alguna vez tiene inquietudes sobre la enfermedad de su hijo. En especial, si el menor tiene fiebre alta o ésta dura más de cinco días, si presenta dificultad para respirar o síntomas de deshidratación (mojando menos pañales que de costumbre), si parece estar cansado o apático, si tiene falta de sueño o irritabilidad o si presenta dolor ocular o cambios en la vista.
Para ayudar a reducir el contagio de las infecciones por adenovirus, los padres y otros cuidadores deberían asegurarse de que tanto ellos mismos como los menores se lavan las manos bien y con frecuencia. Además, es importante mantener limpias las superficies compartidas como las mesas, las encimeras o los juguetes.
Se debe impedir que los niños infectados entren en contacto con las demás personas hasta que remitan sus síntomas. También hay que enseñar a los más pequeños a toser y estornudar en pañuelos, nunca en las manos, como aprendimos el resto de la población con la llegada del covid.