Te contamos cómo abordar esta conversación si tu pareja y tú no estáis de acuerdo
Gloria y Mario son pareja desde que se conocieron la universidad. Ahora tienen 26 y 28 años respectivamente y aunque su relación es sana y feliz, hay un pequeño problema: él quiere tener hijos en un futuro, pero ella no.
Nunca lo habían hablado en serio hasta ahora, aunque siempre habían hecho comentarios al respecto. Gloria siempre había dejado clara su postura. Mario intentaba dejar abierta una puerta a que ella cambiase de opinión. Sin embargo, los años han ido pasando y cada vez lo tienen más claro. “Yo no quiero hijos”, confiesa Gloria. “Pero quiero mucho a mi novio como para perderle. Tengo un conflicto interno muy grande”.
Intenta no darle muchas vueltas, pero el problema está ahí. “No vamos a tener hijos ahora, todavía quedarían muchos años, pero siempre te queda el miedo de estar posponiendo una ruptura que tiene que llegar en algún momento”, reflexiona. “Lo que más miedo me da no es que en unos años lo dejemos por esto. Me asusta más que alguno de los dos cambie de opinión por hacer feliz al otro, y se arrepienta toda la vida”.
Una madre alza a su hijoPexels
¿Cómo sé si quiero tener hijos?
Ser madre o padre es una decisión muy importante como para tomarla a la ligera. Por eso, muchas personas se plantean si quieren tener hijos desde que son jóvenes.
Es importante tener en cuenta que, como en todas las decisiones, influye el entorno en el que crecemos. Si la mayoría de tus amigos quieren tener hijos y tus padres te presionan para que tú también, acabaras asumiendo que tú también debes ser padre o madre, a veces sin cuestionarte realmente quieres.
A esto se suma la presión en el caso de las mujeres. Si dicen en voz alta que no quieren tener hijos, se exponen a comentarios como “ya cambiarás de opinión con la edad” o “cómo no vas a querer, si tener un hijo es lo mejor que le puede pasar a una mujer”.
Por eso cuesta tanto averiguar si la decisión de tener hijos nace de nosotros mismos, o es algo que nos han impuesto externamente. Este proceso se complica todavía más si nuestra pareja no opina lo mismo.
Para decidir si queremos tener hijos, algunas recomendaciones psicológicas que puedes seguir son:
No sentirte culpable por tu indecisión. Averiguar si quieres ser padre o madre no es como elegir unos cereales en el supermercado. Requiere tiempo. Muchas personas se sienten culpables porque no lo tienen claro cuando, aparentemente, el resto de gente sí sabe lo que quiere.
Analiza otras decisiones vitales complejas que ya has tomado. Por ejemplo, la carrera universitaria, cortar con un ex o mudarte de ciudad. ¿Fue fácil dar el paso? ¿Cómo te sentiste cuando lo hiciste? ¿Crees que te sentirías igual decidiendo tener un hijo? Las decisiones, si bien inciertas o difíciles, deben aportarnos paz.
Deja de idealizar o demonizar tener hijos. Algo que dificulta esta decisión es la idea que tenemos de la maternidad/paternidad, tanto para bien como para mal. Un hijo no es ni un cactus que se cuida solo, ni la solución a todos tus problemas, ni te va a arruinar la vida. Busca información en foros, habla con amigos y, sobre todo, fíate de personas que te expliquen cómo es ser tener un hijo sin edulcorar la realidad.
Analiza los motivos por los que quieres o no quieres. Una cosa es que te gusten los niños en general, y otra muy distinta que te guste la idea de tener un hijo propio al que criar y cuidar. Tampoco debemos dejar que nuestros traumas influyan en la decisión. Que tus padres fuesen horribles no significa que tú vayas a repetir los mismos errores.
Reflexiona sobre cómo sería tu vida con y sin hijos. Piensa en tu futuro. En 5 o 10 años. Imagínate en las condiciones perfectas para tener un hijo: tienes salud, un trabajo estable y tiempo. ¿Cómo te imaginas siendo padre o madre? ¿Crees que te haría feliz o te genera mucha ansiedad ese futuro? ¿Qué tendría que cambiar en estos años para que te apetezca ser padre o madre? ¿Y qué tendría que cambiar en estos años para que no te apetezca? Responde a estas preguntas para descubrir qué es lo que quieres y recuerda, no hay una decisión correcta.
¿Y si mi pareja piensa diferente?
Es importante hablar de la maternidad y paternidad de forma natural con nuestra pareja. Este tema de conversación puede surgir cuando os estáis conociendo, sobre todo si tú tienes clara tu opinión al respecto. Al fin y al cabo, querer tener hijos o no, es una parte importante de tu identidad. Igual que compartimos nuestras expectativas laborales o de pareja, también debemos hablar de ese tema.
Ahora imaginémonos que habláis del tema, te sinceras, pero tu pareja no piensa igual. ¿Qué podemos hacer?
No aplacéis el tema. Este problema no se va a solucionar solo por arte de magia, así que no esperes a que el tiempo provoque que tu pareja cambie de opinión. Aunque sea una conversación incómoda y el conflicto quizá no tenga solución, háblalo, sincérate, explica tu punto de vista y escucha a tu pareja.
Mente abierta. Habla con amigos y con tu familia y deja que te aconsejen. No te apresures para tomar una decisión y ábrete a los consejos de tus seres queridos. También puedes pedir ayuda a un profesional, por ejemplo, un psicólogo o un ginecólogo.
No renuncies a tus necesidades. Es posible que cambies de opinión con los años. Las personas crecemos y evolucionamos. No queremos lo mismo con 18 años y con 28. Por eso es importante tener una visión no idealizada de la maternidad y de la paternidad. Sin embargo, esa no es excusa para que invaliden tu decisión porque “te vas a arrepentir”. Eso casi nunca ocurre. Lo que sí es más habitual es que nos arrepintamos de ceder para complacer a otra persona.
Tanto si quieres tener hijos como si no, sé fiel a tus creencias y no renuncies a la vida que quieres. Para algunas personas esto es egoísta, porque implica anteponer un hijo hipotético que todavía no existe a tu pareja, a la que quieres en el presente. No es tan sencillo. Implica anteponerte a ti, a tus necesidades, a tus preferencias y a tu idea de vida, y eso no es egoísta.