El boldo es un arbusto utilizado por los indígenas desde tiempos precolombinos para tratar distintas enfermedades como reuma, trastornos digestivos e incluso hepáticos. Aunque es originario de las regiones montañosas y secas de Chile, también se ha extendido a la región mediterránea y al norte de África. Sus hojas, al frotarlas, desprenden un característico aroma que recuerda al limón.
La manera más frecuente de consumir esta planta medicinal es en infusión. También lo podemos encontrar en otro tipo de presentaciones como en extracto seco en forma de cápsulas, en aceite esencial, en jarabe o en extracto hidroalcohólico para tomar disuelto en algún líquido. Cabe destacar que, además de sus hojas, en algunos países utilizan la corteza.
En la actualidad, es una de las plantas más empleadas en recetas herbolarias para tratar el hígado y la vesícula biliar. También es muy diurética, por lo que ayuda a no retener líquidos y a adelgazar.
El boldo contiene cerca de veinte alcaloides entre los cuales destaca la boldina. La boldina estimula el funcionamiento de la vesícula biliar y propiedades beneficiosas sobre el hígado. Es capaz de cambiar la composición química de la bilis previniendo la formación de cálculos biliares o piedras en la vesícula.
El boldo es una planta adecuada para disminuir los niveles de colesterol, dado que depura el hígado y el colesterol de la bilis ayudando a eliminar estas grasas del organismo. Pueden beneficiarse de sus efectos las personas con ictericia, cirrosis e hígado graso.
Su característica fragancia y el aroma que desprende la planta le confiere un efecto tonificante del sistema digestivo, sobre todo gracias al aceite esencial cineol, que tiene un efecto hepatotónico y protector estomacal.
Puede ser un buen remedio para dolor y molestias estomacales como también para la gastritis mediante infusiones y tisanas. Utilizarla como especie en la cocina ayudara en aligerar las digestiones.
Otro aceite esencial como el ascardiol es un componente con efecto antiflatulento, sedante y ligeramente analgésico. Utilizar tisanas o el boldo como condimento en personas con problemas de gases, vientre hinchado, meteorismo y ventosidades puede ser un buen tratamiento.
Hay que tener en cuenta que tratamientos con boldo puede dar un efecto ligeramente laxante debido a sus propiedades coleréticas.
Muestra efectos sedantes y calmantes del sistema nervioso. La boldina tiene un efecto levemente hipnótico. Puede estar indicado para personas que luchen contra insomnio puntual, nerviosismo, estrés y ansiedad.
El aceite esencial, eucaliptol, también presente en más cantidad en el aceite esencial de eucalipto tiene propiedades expectorantes y contra el catarro. Se encuentran preparados como el jarabe de boldo para tratar la tos y congestión de pecho. Además, por sus propiedades antibióticas, antiinflamatorias y hepáticas esta planta puede constituir una gran ayuda como coadyuvante del tratamiento de infecciones respiratorias.
El consumo de boldo está contraindicado en caso de obstrucción de las vías biliares y enfermedades hepáticas graves, ya que en estos casos es aconsejable el reposo digestivo. Tampoco se aconseja para aquellos diagnosticados de enfermedades renales puesto que, en ocasiones, tiene asociada irritación en los riñones.
Por la presencia de alcaloides, no debe tomarse durante el embarazo, especialmente durante los primeros tres meses de gestación, porque puede provocar aborto o causar malformaciones en el feto, la lactancia y en la niñez. No es aconsejable tampoco su consumo para menores de 12 años.
Añadir entre 1,5 y 2,5 gramos de hojas secas de boldo en una taza con 200-250 mililitros de agua. Hervir y dejar reposar durante algunos minutos. La infusión debe tomarse varias veces al día e inmediatamente después de ser preparada.
No se debe consumir más de 10 gramos diarios de hoja seca de boldo ni más de cuatro semanas seguidas. Y tampoco hay que agregarle azúcar, debido a que ésta se fermenta e interfiere con el proceso de digestión.