La bronquiolitis es la causa más frecuente de hospitalización de los niños menores de un año. Se trata de una infección en los pulmones y en el aparato respiratorio del niño, por lo general menor de 2 años, que puede ser causada por varias clases de virus, siendo el más frecuente el denominado 'Virus Respiratorio Sincitial' (VRS), que tiene lugar en el 70% de los casos.
Según datos de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica, la infección puede aparecer en cualquier época del año, aunque lo mas frecuente es que surja en los meses invierno y al comienzo de la primavera (desde noviembre hasta abril).
"La mayor parte de los niños están enfermos durante una semana y después se recuperan. No obstante, en algunos esta infección puede dar lugar a problemas respiratorios en el futuro. Es muy frecuente que tras un episodio de bronquiolitis, sobre todo si el niño ha precisado hospitalización, durante los siguientes meses o incluso años, sus resfriados cursen con síntomas similares a los de la bronquiolitis inicial, es decir, tos con o sin fiebre, dificultad para respirar y pitidos en el pecho", advierte.
Incluso algunos trabajos de investigación han demostrado, según asegura, que los niños que han padecido bronquiolitis durante los primeros meses de la vida presentan luego durante la segunda infancia y la adolescencia un mayor riesgo de desarrollar asma, que aquellos niños que nunca ha presentado bronquiolitis.
Entre los principales factores de riesgo enumera: Los lactantes menores de 3 meses son los que tienen más riesgo de hospitalización y de entre ellos, los prematuros, posiblemente porque sus bronquios son muy estrechos todavía.; la ausencia de lactancia materna; el nacimiento prematuro; la exposición al humo del cigarrillo; la asistencia a una guardería infantil.
Según precisa la Asociación Española de Pediatría, esta enfermedad se contagia principalmente tocando objetos contaminados con el virus (por ejemplo, juguetes, chupetes, por ejemplo, en los que suelen quedarse gotas de saliva o mucosidad con el virus), y luego tocándose los ojos, la nariz o la boca. También puede contagiarse inhalando partículas infectadas provenientes de alguna persona, es decir, respirando gotas de pequeño tamaño que genera la persona que tiene el virus al toser o estornudar.
Tras un breve periodo de incubación, señala la AEP, el cuadro clínico se inicia con síntomas de vías respiratorias altas como rinorrea, estornudos y tos, con o sin fiebre, habitualmente no muy elevada. En un periodo de 1 a 4 días, la tos se hace más persistente, apareciendo irritabilidad, rechazo de la alimentación, disnea espiratoria, auscultación con sibilancias y dificultad respiratoria.
En una entrevista con Infosalus, la pediatra con subespecialidad en Neumología y Alergología Infantil del Hospital Quirónsalud de A Coruña, Loreto González Domínguez, explica que la bronquiolitis es tan frecuente entre los más pequeños porque los virus van y vienen todos los años, como sucede con la gripe, siendo los menores de dos años los que principalmente se ven afectados, más si tienen un hermano mayor, van a la guardería, son prematuros, tienen inmunodeficiencia, o alguna enfermedad cardiológica o pulmonar.
"Este virus en un adulto o niño mayor produce un catarro común, mientras que en los más pequeños, como su vía respiratoria es más pequeña e inmadura, les llegar a afectar a los bronquiolos, a las vías bajas respiratorias, generando una inflamación, así como mucho moco, dificultad para respirar, o tos, por ejemplo", subraya la especialista.
La doctora González Domínguez distingue así una bronquiolitis de una bronquitis, precisando que la bronquiolitis representa el primer episodio de infección respiratoria de vías bajas. "Los niños con bronquiolitis tienen un 50% de posibilidades de tener el año que viene o los siguientes un segundo episodio de infección respiratoria en las vías bajas, que ya se llamaría 'bronquitis'", puntualiza.
Sobre el tratamiento de la bronquiolitis, la doctora González Domínguez afirma que es "paliativo", "es como la gripe, hay que pasarla", ya que al tratarse de un virus no son efectivos ni los antibióticos, ni tampoco los corticoides o broncodilatadores, al no tratarse de un caso de asma.
Así, aconseja lavados nasales constantes para eliminar mocos, sobre todo antes de comer para que coman mejor, y antes de acostarlos para que descansen mejor. "Como son pequeños les cuesta mucho comer porque se fatigan mucho, por lo que las tomas deben ser más pequeñas y con más frecuencia, para mantenerlos bien hidratado. Intentar levantar el cabecero de la cuna, unos 30 grados, para que así descansen también un poco mejor", resalta.
Desde la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP) recuerdan que en la actualidad no existe ningún medicamento que cure la bronquiolitis, los síntomas pueden persistir hasta 2-4 semanas, y algunos niños, tras padecer una bronquiolitis presentan episodios sucesivos de dificultad respiratoria con tos que recuerdan el cuadro inicial.
Según precisa, se debe acudir a un servicio de Urgencias por un cuadro de bronquiolitis si el bebé: 1) presenta mal estado general, está irritable o adormilado; 2) si se fatiga mucho con las tomas, casi no come; 3)si su hijo se pone morado o pálido; 4)si respira peor, cada vez más deprisa, se le marcan las costillas, mueve mucho el abdomen, se le hunde el pecho o deja de respirar durante segundos.