La salud vaginal hace referencia a un amplio abanico de procesos que suceden en el cuerpo de las mujeres: ciclo menstrual, cambios hormonales, deseo sexual, higiene íntima… Y pese a ser tan importante, está invisibilizada y a menudo utilizamos eufemismos para referirnos a ella.
¿Alguna vez has dicho que ‘estabas mala de la tripa’ para referirte a la menstruación? Probablemente sí, y si no has utilizado esta expresión habrás recurrido a otra. La razón es que nos avergüenza hablar de algo natural en nuestro cuerpo, tal y como demostró una encuesta de la aplicación de salud menstrual Clue. Según los datos recabados, alrededor del 63% de las mujeres afirmaban utilizar o escuchar habitualmente eufemismos para referirse a la menstruación, y entre un 50 y un 75% de las encuestadas confesaron sentirse incómodas hablando de este tema con un amigo o familiar hombre.
Fruto de este estigma, muchos fenómenos psicológicos asociados a la menstruación se viven en silencio. Uno de ellos es el síndrome premenstrual, pese a que afecta a 3 de cada 4 mujeres según la Clínica Mayo.
El síndrome premenstrual es el término con el que se engloban los síntomas físicos y psicológicos que experimentan algunas mujeres entre una y dos semanas antes de la menstruación.
Los síntomas más habituales son:
En algunos casos, estas alteraciones son de intensidad leve y duran poco tiempo, pero algunas mujeres las viven de forma muy intensa. Este es el caso de Andrea, una joven de 26 años con síndrome premenstrual prácticamente cada mes desde su adolescencia. “Si no fuese porque cuando me baja la regla se me pasa, pensaría que tengo depresión o ansiedad, pero es solo una semana al mes. Una semana en la que me siento fea, en la que no me quiero ni mirar al espejo, en la que me da hasta asco que mi novio me toque y en la que me han llegado a venir pensamientos suicidas”, confiesa.
“He tenido novios que no entendían esto” afirma la joven, “incluso uno me hacía sentir mala persona porque yo no quería sexo”. Chantaje emocional, victimismo e insultos eran la respuesta de las anteriores parejas de Andrea ante su síndrome premenstrual. “Cuando te llaman exagerada algo de ti se lo cree y te piensas que igual estás mal, que puedes forzarte y obligarte a hacer ciertas cosas que no quieres, que si te enfadas y lloras porque te presionan es porque tú eres débil. Ahora sé que no es así”.
Validar sus emociones incluso cuando eran fruto de cambios hormonales bruscos ha sido un trabajo duro. “Entiendo que mi novio o que mis padres se puedan enfadar si pago mi cabreo irracional con ellos, pero no es justo que me culpen por sentirme como me siento. Ahora he entendido que mis emociones son siempre validas, ya sea la semana antes de la regla o la semana después”, reflexiona con rotundidad.
Pese a afectar a un 75% de las mujeres en edad fértil, la causa del síndrome premenstrual todavía es una incógnita.
Lo que sí se sabe es que surge por la combinación de múltiples factores: cambios hormonales en el nivel de estrógenos y progesterona, retención de agua y sodio, y estrés. Por eso en épocas de exámenes, agobio laboral o si hemos discutido con alguien, el síndrome premenstrual es más agudo.
Por otro lado, se ha destacado el papel del condicionamiento clásico. Algunas mujeres acaban asociando la semana previa a la menstruación con la ansiedad y la tristeza, y de forma involuntaria acaban presentando síntomas muy molestos.
También se ha hablado del papel de la nutrición, haciendo referencia a alteraciones en la vitamina B6, el calcio, el magnesio y la glucosa, pero todavía no se ha demostrado esta hipótesis.
Sea como sea, tener un entorno que niega tus emociones o que te tacha de exagerada es el caldo de cultivo ideal para que el síndrome premenstrual aparezca. En la otra cara de la moneda, el apoyo de nuestra familia, amigos y pareja es fundamental para afrontar estos días de la mejor forma posible.
No sabemos su origen, pero ginecólogos, psicólogos, nutricionistas, fisioterapeutas y demás expertos en salud vaginal aseguran que hay ciertas cosas que podemos hacer para reducir el impacto del síndrome premenstrual: