Es uno de los medicamentos más consumidos por los españoles y se ha convertido en un “remedio para todo”, pero el ibuprofeno, como casi cualquier fármaco, tiene efectos negativos y debe tomarse con moderación: ni más ni menos que cuando esté indicado, y de la forma en que aconsejan los farmacéuticos. La polémica en el caso del coronavirus ha llegado a las autoridades a pedir que se apuesta más por el paracetamol. ¿Qué es y cuáles son los componentes del ibuprofeno?
Tal y como explica Diario Farma, el ibuprofeno -ácido (RS)-2-(4-isobutilfenil)propanoico- es un fármaco perteneciente al grupo de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Se trata nada menos que de el sexto medicamento más utilizado en España, y genera tres efectos: analgésico (reducción del dolor), antiinflamatorio (reduce la inflamación), y antipirético (combate la fiebre). Ello significa que se trata de un fármaco eficaz para combatir tres tipos de síntomas muy frecuentes en distintas enfermedades y dolencias comunes, lo que ha llevado a su uso generalizado.
Sin embargo, es importante tener claro que este medicamento, como casi todos, trae de la mano efectos secundarios indeseables. El ibuprofeno (ocurre lo mismo con el resto de los AINE) puede generar irritación de la mucosa del estómago, de modo que, si lo utilizamos de forma intensiva o durante periodos prolongados de tiempo, ello puede favorecer la aparición de una úlcera gastroduodenal. Una forma de reducir estos efectos es tomar el ibuprofeno siempre con el estómago lleno, aunque ello no nos da carta blanca para utilizarlo sin control.
Además, en el caso de las personas que padezcan asma, se aconseja tener precaución en su consumo, ya que puede favorecer la aparición de una crisis asmática En general, este tipo de pacientes deben consumir ibuprofeno “siempre bajo recomendación y control de su médico especialista”.
Existe un tercer efecto negativo: estudios recientes indican que los AINE (incluyendo el ibuprofeno) pueden asociarse con un mayor riesgo de aumento de la presión arterial y, con ello, mayor probabilidad de sufrir trastornos trombóticos (por ejemplo, un infarto o un ictus). Eso sí, este riesgo se asocia a dosis muy altas. Por eso, es importante respetar la dosis máxima de 2.400 miligramos al día y evitar tomar ibuprofeno de forma prolongada aunque respetemos ese límite.
Debido a sus efectos, el ibuprofeno está destinado al tratamiento de procesos inflamatorios que cursan con dolor. Es el caso de artritis, esguinces, torceduras… así como dolores de cabeza, de dientes, de oídos, musculares, menstruales, postquirúrgico… Y, por supuesto, es un buen tratamiento para la fiebre.
Lo mas habitual en nuestro país es encontrarlo en comprimidos y sobres, en dosis de 400 a 600 miligramos que se aconseja tomar cada 6-8 horas. Un farmacéutico te recomendará que utilices una dosis baja que te permita controlar el dolor y, una vez que éste desaparezca, suspendas el tratamiento. Además, en el caso de dolores “conocidos” (menstruales, migrañas…), es preferible tomar una dosis más baja antes de llegar al pico máximo de dolor que esperar a que nos duela tanto que necesitemos una dosis mayor para paliarlo.
Por último, no deben tomar ibuprofeno las embarazadas, y en caso de lactancia se consumirá siempre con control médico. En cuanto a los niños, puede utilizarse a partir de unos 3-6 meses de edad (es aconsejable leer el prospecto para controlar la dosis, que se basará en el peso del niño y la intensidad de su dolor). A partir de los 12 años pueden consumir las mismas dosis que los adultos, aunque en este caso la dosis máxima es de 1.200 miligramos diarios.