El mercurio, un metal presente en nuestra dieta: ¿Qué es la hidrargiria?
La principal fuente de intoxicación por mercurio en seres humanos es el consumo de pescado, que acumula este metal
También encontramos mercurio en la agricultura y la ganadería, al estar presente en suelos, en el agua o en la atmósfera
Determinadas actividades humanas, como la minería, suponen un riesgo importante para quienes la desempeñan
El mercurio es un elemento que puede resultar letal en caso de exponernos a él de forma directa. Por eso desde hace años los termómetros elaborados con este químico se encuentran en desuso, dando paso a los de formato electrónico. Si entramos en contacto con este metal pesado o sus compuestos, es posible que aparezca la hidrargiria o intoxicación por mercurio, que puede resultar mortal. Desafortunadamente, el mercurio se encuentra presente, aunque en cantidades muy pequeñas, en nuestra alimentación diaria, especialmente en el pescado. ¿Qué es la hidrargiria o la intoxicación por mercurio y cuáles son sus síntomas?
Qué es la hidrargiria o la intoxicación por mercurio
MÁS
La hidrargiria o intoxicación por mercurio consiste en el envenenamiento por exposición a este elemento químico o a alguno de sus componentes. La gravedad dependerá del estado de oxidación en que se presente, así como de la forma en que entre en contacto con nuestro organismo y de la cantidad de que se trate. Este tipo de intoxicación puede provocar lesiones en el tejido nervioso y renal, y menos frecuentemente, en los pulmones.
Además, la exposición a mercurio puede desencadenar ciertas enfermedades, como la acrodinia, que consiste en una alteración del sistema nervioso vegetativo, provocando dolor en las extremidades, taquicardia, trastornos tróficos y vasomotores, de la sudoración y psíquicos.
También puede aparecer la enfermedad de Minamata, un síndrome neurológico grave y permanente causado específicamente por este tipo de envenenamiento. Las secuelas incluyen ataxia o pérdida o disminución de la capacidad de coordinación de los movimientos de la persona, alteración sensorial en manos y pies, deterioro de los sentidos de la vista y el oído, debilidad y, en casos extremos, parálisis y muerte.
Un factor clave para determinar la gravedad de la intoxicación por mercurio es la dosis absorbida, así como la vía de absorción y la duración de la exposición. En cuanto a los síntomas del envenenamiento por mercurio, incluyen una neuropatía periférica, manifiestada en forma de parestesia (sensación anormal que se siente en el cuerpo debido a la compresión o irritación de los nervio), picazón, ardor o dolor. También la decoloración y descamación cutánea de mejillasy dedos.
Es frecuente también un aumento de la sudoración, relacionado con un exceso de adrenalina. También taquicardia, aumento de la salivación e hipertensión. Deterioro de la memoria, insomnio, disfunción renal... son otros síntomas comunes.
Cuesta pensar en qué contexto podemos entrar en contacto con mercurio sin darnos cuenta, pero lo cierto es que se encuentra mucho más presente de lo que pensamos en nuestro día a día. El consumo de pescado es la principal fuente de exposición al mercurio en los seres humanos y animales, si bien plantas y ganado también contienen mercurio, debido a su acumulación en el suelo, el agua, la atmósfera...
En el caso de Japón, el consumo de carne de ballenas y delfines provoca altos niveles de envenenamiento por esta sustancia, ya que la concentración de mercurio en estos animales es muy elevada.
Otra vía es la exposición al mercurio al respirar aire contaminado, o bien a vapores de mercurio en los empastes dentales con amalgama de mercurio, por su manejo indebido. También en caso de eliminación inadecuada de lámparas fluorescentes.
Por otro lado, si bien los volcanes liberan mercurio de forma natural, este elemento también se genera debido a la actividad humana: minería de carbón o de oro; producción de metales no ferrosos; fabricación de cemento; eliminación de residuos; crematorios humanos; producción de soda cáustica, arrabio y acero; producción de pilas de mercurio; quema de biomasa... son las principales actividades de riesgo.