Los alimentos ricos en agua son un gran aliado para mantenerse hidratado
Las altas temperaturas provocan que el organismo pierda apetito
Las frutas de temporada como la sandía, el melón o la ciruela son grandes aliados para evitar la deshidratación
Evitar tomas bebidas alcohólicas con altas temperaturas
España ya se encuentra engullida por la primera ola de calor del verano. Las altas temperaturas pueden provocar una disminución del apetito y además hacen que tendamos a cambiar nuestros hábitos a la hora de comer. Sin embargo, la alimentación puede ser un buen aliado para combatir el calor.
Lo más importante, en los días de altas temperaturas, es mantenerse hidratado: el 70% de nuestro peso es agua y, en promedio, los seres humanos eliminamos diariamente 2,3 litros, no solo cuando vamos al baño, sino también mientras respiramos.
Los alimentos ricos en agua como la fruta y la verdura pueden satisfacer hasta el 25% de las necesidades de líquidos de una persona. Esto es porque la fruta aporta vitaminas de tipo B y C y mucho potasio, que sirve para contrarrestar el sodio de los alimentos altos en sal.
Los expertos recomiendan tomar frutas de la temporada como las ciruelas, la sandia o el melón ya que entre el 80% y el 90% de sus componentes es agua.
Hidratarse con frecuencia
Beber muchos líquidos es fundamental en verano, y nos conviene ingerir una buena cantidad en forma de bebida del tiempo o tibia y sin azúcar, como agua o infusiones. Con las altas temperaturas, aumenta el requerimiento de líquidos por parte del organismo, por lo debemos hidratarnos aún más y no esperar a tener sed.
Es importante evitar las bebidas alcohólicas en verano, ya que el alcohol actúa como un potente diurético que, como todo el mundo sabe, hace que orinemos con más frecuencia, lo que provoca una mayor deshidratación.
Comer porciones pequeñas
Durante los meses de calor se recomienda comer varias comidas al día en lugar de tres platos grandes. de esta forma el sistema digestivo tiene que trabajar menos y, por lo tanto, se produce un menor calor interno. Consumir porciones pequeñas ricas en agua a lo largo del día nos refresca desde el interior. Además con este método nuestro cuerpo tiende a dormir mejor por las noches.